29/06/2025 - Edición Nº873

Internacionales

Filipinas en tensión

Rodrigo Duterte gana la alcaldía de Dávao desde su celda en La Haya

13/05/2025 | Duterte fue electo alcalde de Dávao desde La Haya, donde enfrenta cargos por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional.



El exmandatario de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha sido elegido alcalde de Dávao, su ciudad natal, a pesar de encontrarse detenido en La Haya por presuntos crímenes de lesa humanidad. La elección, celebrada el pasado fin de semana, lo posiciona con una ventaja abrumadora: más de ocho veces los votos obtenidos por su adversario más cercano, con el 80% del escrutinio.

Duterte, quien ya había gobernado la ciudad durante más de dos décadas antes de ser presidente, mantiene una base de apoyo firme y fervorosa en Dávao, donde es visto por muchos como un líder decidido frente al crimen. A pesar de su detención en marzo, sus simpatizantes celebraron el triunfo con marchas y mensajes en redes sociales exigiendo su liberación.

El exmandatario fue arrestado por orden de la Corte Penal Internacional (CPI), que lo investiga por su política de "guerra contra las drogas", vinculada a miles de muertes extrajudiciales durante su gobierno (2016-2022). Aunque no ha sido condenado, su situación legal plantea interrogantes sobre su capacidad para asumir el cargo y ejercerlo desde la detención.

Mientras tanto, su familia sigue consolidando poder. Dos de sus hijos también fueron electos en cargos locales, y su hija, la vicepresidenta Sara Duterte, enfrenta un juicio político que podría influir en sus aspiraciones presidenciales. La dinastía Duterte, pese a los reveses judiciales, sigue moldeando el mapa político filipino.

Los abogados de Duterte sostienen que su arresto fue ilegal y que su detención viola su derecho a participar en la vida política de su país. Planean solicitar medidas provisionales ante la CPI y estudian mecanismos para que pueda juramentar de manera remota.

Este episodio refleja una vez más la tensión entre el sistema internacional de justicia y las dinámicas internas de poder local, donde las lealtades políticas parecen resistir incluso los cargos más graves. La elección de Duterte podría convertirse en un caso testigo sobre los límites reales de la justicia internacional cuando se enfrenta a liderazgos enraizados en el poder territorial.

La CPI no ha emitido comentarios sobre el impacto electoral del caso, pero observadores internacionales ya analizan cómo esta victoria podría desafiar la eficacia simbólica y jurídica de su acción en países con estructuras democráticas frágiles y sistemas judiciales tensionados por el poder político.