
El gobierno de Estados Unidos volvió a incluir a Cuba en la lista de países que no cooperan plenamente en la lucha contra el terrorismo, en una medida que marca un giro en la política exterior hacia la isla. El Departamento de Estado justificó su decisión en base a la negativa del régimen cubano de colaborar con solicitudes clave, entre ellas la extradición de al menos 11 fugitivos estadounidenses, algunos de los cuales enfrentan cargos federales por terrorismo o delitos violentos.
Entre los nombres citados por funcionarios se encuentran militantes que participaron en actos armados durante los años 70 y 80, ahora refugiados en Cuba bajo protección política. Washington sostiene que La Habana ha rechazado discutir su entrega o procesamiento, pese a solicitudes diplomáticas reiteradas. Esta falta de cooperación judicial contraviene los compromisos internacionales de lucha antiterrorista y mina la confianza entre ambos países.
La medida representa un retroceso respecto a mayo de 2024, cuando la administración estadounidense había retirado temporalmente a Cuba de la misma lista, citando una modesta mejora en la cooperación policial bilateral. Durante ese periodo, se celebraron intercambios técnicos en materia de migración y lucha contra el crimen organizado, pero según fuentes del Departamento de Estado, Cuba no mantuvo el compromiso en materia de seguridad internacional.
Analistas diplomáticos afirman que esta nueva designación refleja un endurecimiento del enfoque estadounidense, impulsado por el incumplimiento sostenido del gobierno cubano en áreas críticas como la persecución de prófugos y el acceso a información sensible sobre movimientos radicales protegidos en la isla. Para Washington, este patrón representa no solo una negligencia legal, sino una amenaza directa a la seguridad nacional.
NEW!!! Rubio Certifies Cuba as a Not Fully Cooperating Country under the Arms Export Control Act.
— Alex Raufoglu (@ralakbar) May 13, 2025
"This certification results in a prohibition on the sale or license for export of defense articles and services to Cuba," per DoS Spox pic.twitter.com/K1XgPccV6X
Volver a calificar a Cuba como país no cooperante en temas de terrorismo agrava aún más las tensiones bilaterales, en un momento en que las relaciones estaban en una fase de estancamiento. Aunque la medida no conlleva automáticamente sanciones, dificulta la cooperación internacional con Cuba en foros multilaterales y afecta su imagen frente a socios potenciales, especialmente en Europa y América Latina.
Además, esta certificación puede influir en el Congreso de EE. UU., donde sectores republicanos ya impulsan legislaciones más restrictivas contra el régimen de Miguel Díaz-Canel, incluyendo propuestas para limitar aún más los intercambios económicos y culturales. Para los opositores al castrismo, el anuncio de Washington es una confirmación de que Cuba sigue siendo un refugio para el extremismo bajo protección estatal.
Rubio afirma que Cuba no cooperó con EEUU en la lucha contra el terrorismo el año pasadohttps://t.co/RA9TpdgIP2
— el Nuevo Herald (@elnuevoherald) May 13, 2025
✍️@ngameztorres
La decisión también se interpreta como una señal del gobierno estadounidense hacia otras naciones del hemisferio, especialmente aquellas que han ofrecido asilo o apoyo político a individuos buscados por la justicia internacional. Al mantener a Cuba bajo vigilancia, Washington refuerza su mensaje de que no tolerará redes de impunidad amparadas por gobiernos aliados al autoritarismo.
Si bien el régimen cubano no ha emitido una respuesta oficial inmediata, es previsible que la Cancillería califique la medida como “injustificada” y parte de una estrategia de presión política. Sin embargo, desde la perspectiva de EE. UU., la negativa a colaborar con investigaciones antiterroristas rompe cualquier posibilidad de distensión real, consolidando a Cuba como un actor hostil en el tablero de seguridad regional.