14/05/2025 - Edición Nº827

Política

Opinión

Cuatro conclusiones electorales

14/05/2025 | El número más relevante de las elecciones del domingo pasado fue el aumento del ausentismo.


por Octavio Majul


1. El pueblo argentino descree de la política. El número más relevante de las elecciones del domingo último es el aumento del ausentismo en el marco de uno de los pocos países que apuestan por la obligación ciudadana de votar. Si la victoria de Javier Milei fue el síntoma de la implosión de una elite política que fue incapaz de resolver el problema de los argentinos, de la ruptura de la sociedad con la política, sus dos años de gestión pueden haber revitalizado a parte de la Argentina, pero en otra parte, mayoritaria, la desafección crece. Si miramos los números de asistencia a las urnas -Chaco, 52%; Jujuy, 65%; Salta, 59%; San Luis 65%- vemos que la primera mayoría es la ausencia. 

2. La Libertad Avanza no arrasó ni logró posicionar sus propios candidatos a nivel nacional. Pero su victoria en Salta capital y Jujuy Capital parecen confirmar una hipótesis que ya barajaba desde la excelente performance de Milei en Santa Fe, Rosario, Cordoba y Mendoza: el mileísmo es la expresión predilecta de las nuevas subjetividades urbanas provinciales. Atención: es probable que algunas capitales de las provincias o ciudades relevantes de ellas recién en los últimos 15 años hayan generado relaciones típicamente urbanas. El desarrollo y la complejización del mercado económico en esas provincias tiene como resultado un nuevo voto del interior que es pro mercado y modernista pero sin pretensiones aristocráticas ni perfume militar. 

3. La alianza de La Libertad Avanza con el ex PRO y ex presidente del Parlasur Alfredo Olmedo en Salta, por un lado, y con el gobernador radical de Chaco Leandro Zdero, por el otro, no parece transformar mucho la forma en que el antikirchnerismo nacional funcionó en los últimos años: lejos de conformar una identidad estable, los antikirchnerismos locales se ponen la camiseta de los antikirchnerismos victoriosos a nivel nacional y al revés. Como una vidriera recíproca. Como si la constancia única fuera el antikirchnerismo: no hay unidad programática. Por eso el PRO no creó construcciones estables a nivel provincial y LLA estará condenado a lo mismo si profundiza en la misma estrategia electoral.

4. Los primeros resultados de las políticas electorales del Partido Justicialista que preside Cristina Fernandez de Kirchner fueron desastrosos. No hay ninguna novedad acá. La impugnación de la candidatura de Ricardo Quintela en su momento y las intervenciones en los partidos provinciales del justicialismo en Salta y Jujuy dan cuenta dos cosas: 1) que el método kirchnerista de selección de candidatos a partir de una dirigencia iluminada que verticalmente y de arriba hacia abajo ordena todo, sigue vigente, 2) se profundiza el alejamiento del peronismo y la sociedad, es decir, se vuelve cada vez más ineficiente. Este oficialismo de la oposición, rígido, frío y poco seductor, sigue cosechando derrotas.

Lo más sorprendente es que cargan a todas las voces y partidos disidentes que, visto y considerando que dentro de la estructura oficial del PJ no hay forma de traslucir los movimientos propios de la sociedad, eligen presentarse por fuera, con la culpa de la derrota. No es que se pierde porque la estrategia oficial de selección de candidatos y la forma de hacer política estén mal y hayan alejado al peronismo de la sociedad, es que hay compañeros que rompen la unidad y nos fragmentan hacia el enemigo. A futuro solo se puede esperar que este círculo viciosos de ineficiencia política y extorsión en nombre de la unidad se prolongue.