
El gobierno de Dina Boluarte afronta un nuevo capítulo de turbulencia institucional. El 13 de mayo de 2025, Gustavo Adrianzén presentó su renuncia irrevocable como presidente del Consejo de Ministros de Perú, en medio de una fuerte crisis política. Su salida se produce luego de semanas de críticas por su gestión frente a la inseguridad ciudadana, y en especial, por el manejo del caso Pataz, donde 13 mineros fueron secuestrados y asesinados.
La renuncia se concretó un día antes de que el Congreso debatiera hasta cuatro mociones de censura en su contra. Con su dimisión, esas mociones quedaron archivadas, evitando una nueva confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo. La presión desde el Parlamento y la sociedad civil fue clave para forzar la salida del premier, cuya imagen se había desgastado rápidamente.
En su lugar, Dina Boluarte nombró como nuevo jefe del gabinete a Eduardo Arana Ysa, quien hasta entonces se desempeñaba como ministro de Justicia y Derechos Humanos. Arana es abogado y ha sido miembro del Consejo Nacional de la Magistratura. Su perfil técnico y moderado busca aportar estabilidad, pero no escapa a las tensiones internas del Ejecutivo.
La presidenta también renovó otras carteras clave: Raúl Pérez-Reyes asumió el Ministerio de Economía y Finanzas; Carlos Malaver Odias fue designado en el Ministerio del Interior; y César Sandoval tomó posesión como titular de Transportes y Comunicaciones. La decisión apunta a reorganizar el gabinete para enfrentar las crecientes demandas sociales y los cuestionamientos por falta de resultados.
Estos movimientos tienen lugar en un contexto de alarmante desaprobación presidencial. Según los últimos sondeos, Boluarte supera el 90% de rechazo popular, especialmente por la falta de respuesta frente a la violencia criminal y la parálisis económica. El caso Pataz fue solo el detonante de un malestar acumulado.
🇵🇪 | LO ÚLTIMO: El Primer Ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, presentó su renuncia irrevocable. pic.twitter.com/Nspu4QkZsH
— Alerta Mundial (@AlertaMundoNews) May 14, 2025
La llegada de Eduardo Arana al premierato es un intento de recomponer puentes con el Congreso y generar una agenda mínima de gobernabilidad. No obstante, persisten dudas sobre su margen de maniobra dentro de un gobierno debilitado y sin apoyo ciudadano claro.
Adrianzén, que había defendido a ultranza a Boluarte, se convirtió en un factor de conflicto más que en un sostén político. Su renuncia, más que un gesto voluntario, fue una maniobra de supervivencia institucional. Arana hereda una situación crítica, marcada por la polarización y la desconfianza generalizada.
El cambio de gabinete llega también en momentos en que sectores sociales preparan nuevas jornadas de protesta. La promesa de seguridad, justicia y reactivación económica continúa sin concretarse, mientras la oposición evalúa nuevas estrategias para acorralar al Ejecutivo.
🚨 Eduardo Arana Ysa asume como primer ministro del Perú.
— TVPerú Noticias (@noticias_tvperu) May 14, 2025
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Dina Boluarte apuesta a una reconfiguración técnica para mantener a flote su gobierno, pero el problema es más profundo: sin legitimidad social ni una hoja de ruta clara, los cambios en el gabinete podrían no ser más que un reordenamiento superficial. Arana tendrá que demostrar capacidad política en un país donde el margen de error se ha agotado.