15/05/2025 - Edición Nº828

Internacionales

Reforma inédita

Claudia Sheinbaum pone en marcha la reforma de AMLO: México elegirá a sus jueces

14/05/2025 | El 1° de junio se celebrarán las primeras elecciones judiciales federales. El gobierno promete democratización, pero los expertos advierten riesgos.



El próximo 1 de junio de 2025, México vivirá una jornada electoral sin precedentes. Por primera vez en su historia, los ciudadanos elegirán directamente a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación, en una de las reformas institucionales más ambiciosas impulsadas por el oficialismo.

Serán 881 cargos a definir, incluyendo ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), magistrados de circuito y jueces de distrito. Esta decisión marca un giro histórico en la manera en que se estructura la justicia en el país.

La reforma fue inicialmente promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y es ahora implementada por su sucesora, Claudia Sheinbaum, quien ha llamado a la ciudadanía a participar activamente para “fortalecer la democracia desde el sistema judicial”. El oficialismo sostiene que esta elección permitirá transparentar el acceso al poder judicial y acabar con redes de corrupción heredadas.

El proceso será organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), con casillas distribuidas en todo el país y boletas específicas para cargos judiciales. También se ha habilitado el voto anticipado para personas con discapacidad y cuidadores, en un intento por garantizar inclusión y acceso.

Sin embargo, la medida ha generado fuertes cuestionamientos. Diversos especialistas en derecho constitucional, incluyendo a la magistrada Janine Otálora, han advertido que la elección directa puede derivar en una politización del Poder Judicial, debilitando su independencia y sometiéndolo a las dinámicas del populismo y la demagogia.

Los críticos temen que los jueces y magistrados terminen compitiendo en campañas con financiamiento opaco, promesas irresponsables o alianzas partidistas, en lugar de concentrarse en sus méritos técnicos o trayectoria ética. Para muchos, esta reforma puede abrir la puerta a una justicia más popular, pero no necesariamente más justa.

A pesar de las dudas, desde el Palacio Nacional se insiste en que este modelo permitirá mayor rendición de cuentas y mayor conexión entre el pueblo y el sistema judicial. La narrativa oficial gira en torno a una “deselitización” de la justicia, señalando que el actual modelo ha sido históricamente opaco y cooptado.

Este proceso también se da en un clima político polarizado, donde cualquier cuestionamiento puede ser leído como un ataque al proyecto político de la 4T o como una defensa corporativa del statu quo judicial. A un mes de los comicios, la ciudadanía se enfrenta a una elección compleja, con consecuencias estructurales a largo plazo.

Conclusión

La elección judicial del 1° de junio en México será histórica, no solo por su novedad, sino por las tensiones que revela entre representación popular e independencia judicial. Si bien puede abrir una era de mayor visibilidad para el Poder Judicial, también corre el riesgo de someterlo a la lógica electoral. Lo que está en juego no es solo quién juzga, sino cómo se entiende la justicia en una democracia moderna.