
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona se reanudará este jueves con una audiencia clave: la declaración del psicólogo Carlos Díaz, uno de los siete imputados por el delito de homicidio simple con dolo eventual.
Díaz fue mencionado reiteradamente por Gianinna Maradona, quien este martes reveló que el profesional fue uno de los que le pidió expresamente que no visitara a su padre entre el 18 y el 25 de noviembre de 2020, fecha en la que falleció el astro. Según su testimonio, el psicólogo insistió en que Diego necesitaba “espacio” y que “solo por hoy” era importante que estuviera “limpio” y no consumiera alcohol.
La expectativa por la declaración de Díaz aumentó a partir de la filtración de supuestos mensajes del equipo médico en los que el psicólogo le habría escrito al neurocirujano Leopoldo Luque: “Acá el objetivo estratégicamente es pasarle la pelota a la familia”. En otra conversación con la psiquiatra Agustina Cosachov, Díaz habría dicho que contratar a una enfermera servía únicamente para “que no rompan las pelotas” y como “una manera de cubrirnos”.
Estas expresiones, de confirmarse, podrían comprometer gravemente su situación procesal y la del resto del equipo de salud que intervino en los días previos a la muerte de Maradona, durante su internación domiciliaria en el barrio San Andrés, en Tigre.
Además de Díaz, también están imputados Luque, Cosachov, Pedro Di Spagna (médico clínico), Ricardo Almirón (enfermero), Mariano Perroni (coordinador de enfermeros) y Nancy Forlini (representante de Swiss Medical). Todos enfrentan penas que podrían ir de 8 a 25 años de prisión.
Por otra parte, en las últimas horas la Justicia intentó allanar las oficinas de la empresa Medidom, contratada para la internación, donde trabajan tres de los acusados. Sin embargo, el operativo fracasó porque el domicilio legal en Palermo estaba desocupado desde hacía cinco años.
El tribunal buscaba acceder a documentos físicos y digitales sobre las decisiones tomadas en torno al cuidado domiciliario de Maradona. Se sospecha que los correos intercambiados entre Medidom y Swiss Medical podrían contener información clave sobre la responsabilidad compartida de los implicados.
LN