16/05/2025 - Edición Nº829

Internacionales

Victoria consolidada

Daniel Noboa sepulta el legado de Rafael Correa y promete vencer al caos en Ecuador

16/05/2025 | Reelegido con el 55,6 % de los votos, Noboa gana el control de la Asamblea y lanza un mensaje de firmeza contra sus adversarios.



El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha sellado su segundo triunfo consecutivo al ser reelegido con el 55,63 % de los votos en la segunda vuelta electoral del 13 de abril de 2025. Con esta victoria, no solo se afirma como la figura política más poderosa del país, sino que rompe con una década de dominio correísta en la Asamblea Nacional.

El correísmo, agrupado en la alianza Revolución Ciudadana (RC), había mantenido el control de la Asamblea desde 2013. Sin embargo, en esta ocasión quedó con 67 escaños, insuficientes frente a la mayoría articulada por el movimiento oficialista Acción Democrática Nacional (ADN) y sus aliados. La elección de Niels Olsen como presidente del Legislativo con 80 votos confirmó que Noboa cuenta ahora con gobernabilidad plena.

En su discurso, Noboa aseguró haber "derrotado al mal tres veces": en las urnas, en la Asamblea y frente a los intentos de desestabilización. “A todo aquel que quiera destruir Ecuador le daremos un portazo”, afirmó, en un tono inusualmente enérgico, dejando claro que su nuevo mandato será de confrontación contra el caos y la corrupción.

Esta victoria ocurre en un contexto de fuerte tensión política. La oposición denunció presuntas irregularidades en el proceso electoral, pero tanto la Unión Europea como la OEA respaldaron la legitimidad y transparencia del proceso, lo que neutralizó las críticas internas y fortaleció el posicionamiento internacional del mandatario.

Con mayoría legislativa y apoyo institucional, Noboa se dispone a ejecutar reformas profundas en materia de seguridad, economía y justicia. Su administración ha prometido combatir el crimen organizado, atraer inversiones y modernizar el aparato estatal.

El liderazgo de Noboa marca un quiebre generacional y político frente al modelo correísta. Si bien su juventud fue inicialmente vista como una debilidad, su capacidad para tejer alianzas y consolidar poder lo han convertido en un actor central en la recomposición del sistema político ecuatoriano.

Conclusión

El ascenso de Daniel Noboa representa una derrota estratégica para el correísmo, que por primera vez en más de una década queda sin control del Legislativo. Su discurso firme y su mayoría parlamentaria ofrecen una ventana de oportunidad para impulsar una nueva agenda política. No obstante, el éxito de su mandato dependerá de su capacidad para gobernar sin caer en el triunfalismo y contener la polarización. El portazo que anunció no solo debe ir dirigido al caos, sino también al autoritarismo y al pasado que Ecuador busca superar.