16/05/2025 - Edición Nº829

Política

Elecciones CABA 2025

Cómo se reparten las bancas en la Legislatura porteña y qué rol cumple el sistema D’Hondt

16/05/2025 | El método creado por un jurista belga permite hacer una distribución de bancas proporcional a los votos obtenidos por cada agrupación política.



La Ciudad de Buenos Aires renueva cada dos años la mitad de los escaños de su Legislatura, un cuerpo que está conformado por 60 representantes. En cada elección, se definen 30 bancas mediante listas cerradas y bloqueadas, lo que implica que el votante no puede alterar el orden de los candidatos ni combinar postulantes de distintas fuerzas. El objetivo es reflejar, de manera proporcional, el respaldo electoral de cada agrupación.

Este tipo de comicios no solo determina la nueva composición del parlamento local, sino que también tiene impacto en el tablero político de la Ciudad: puede alterar alianzas, fortalecer liderazgos o anticipar posibles escenarios de cara a futuras elecciones ejecutivas.

Para traducir los resultados en bancas, se utiliza el sistema D’Hondt, un método de reparto proporcional que rige tanto en las elecciones porteñas como en las legislativas nacionales. Su lógica busca evitar una fragmentación excesiva del cuerpo legislativo, al mismo tiempo que otorga cierta ventaja a las listas más votadas, incentivando la gobernabilidad.

¿Cómo funciona este sistema? 

Una vez contabilizados los votos válidos, se toma la cantidad total obtenida por cada lista y se la divide sucesivamente por 1, 2, 3, 4, y así sucesivamente hasta llegar al número de bancas en juego. Luego, se ordenan todos los cocientes de mayor a menor, y se asignan los escaños a los números más altos, sin importar de qué lista provengan.

Esto significa que una fuerza política con más respaldo electoral logra ubicar sus cocientes en las primeras posiciones más veces que otras. Por eso, una lista con buen desempeño en las urnas no solo obtiene bancas en proporción a sus votos, sino que a menudo consigue alguna adicional, en detrimento de las listas más pequeñas.

El método no impone un umbral legal para ingresar a la Legislatura porteña, como ocurre en otras jurisdicciones que establecen pisos del 3% o 5%. Sin embargo, en la práctica, las agrupaciones que no superan un mínimo cercano al 3% o 4% de los votos válidos difícilmente logren un lugar, ya que sus cocientes no alcanzan a ubicarse entre los 30 más altos.

Un ejemplo concreto se dio en las elecciones legislativas de 2021. Ese año, Juntos por el Cambio obtuvo el 46,24% de los votos, el Frente de Todos el 25,14%, La Libertad Avanza el 16,54%, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad el 7,82% y Autodeterminación y Libertad el 3,01%. 

La distribución de bancas reflejó esta diferencia: 15 escaños para JxC, 8 para el FdT, 5 para LLA, 2 para el FIT-U y ninguno para AyL, que si bien superó el 3%, no alcanzó los cocientes necesarios. Con este sistema, el margen entre conseguir o no representación puede depender de apenas unos miles de votos.

El sistema D’Hondt no traduce los votos de forma matemática pura, sino que introduce una lógica que privilegia cierta estabilidad institucional, premiando levemente a las fuerzas que logran una mayor adhesión electoral.

MFB

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