
Los modelos económicos de apertura indiscriminada dejan, históricamente, un saldo claro: desempleo. En Argentina hay pruebas de sobra. Viajando en el tiempo, durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983), la desocupación arrancó en 4,5% y subió al 9%. Durante la década del noventa, escaló al 14%, y más recientemente, entre 2016 y 2019, se perdieron 275.000 puestos de trabajo registrados en el sector privado.
Compensar la pérdida de empleo que implica reemplazar la producción local —menos competitiva y con costos más elevados— por productos del exterior es uno de los desafíos más importantes que debe afrontar la gestión de Javier Milei.
Desde su asunción, ya se perdieron 108.053 puestos de trabajo asalariados registrados en el sector privado, según datos del SIPA. En este período, sólo tres sectores crearon empleo: Comercio (+20.261), Agro (+8.332) y Pesca (+2.101). Por el contrario, Construcción lidera las caídas (-59.808), seguida por Industria (-27.107).
En febrero, sin embargo, se crearon 13.991 puestos, encabezado por Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (+4.487), Comercio (+3.878) y Construcción (+2.510). Mientras que Minería (-811), Agro (-741) e Intermediación financiera (-255) perdieron empleos.
Sólo creció el monotributo (+49.960), pero está muy lejos de compensar la caída del empleo asalariado privado (-108.063), público (-58.877) o el trabajo en casas particulares (-15.062). Esto muestra un fenómeno de precarización laboral, donde el trabajo autónomo reemplaza al empleo registrado con menos derechos y menor estabilidad.
La situación del empleo se explica, en parte, por la evolución desigual de los sectores de la economía, muchos de los cuales aún no logran recuperarse de la fuerte crisis atravesada en los primeros meses de 2024.
Según la Fundación Mediterránea, al comparar el último trimestre de 2024 con el primero de 2025, los sectores con mejor desempeño son Intermediación financiera y Electricidad, gas y agua —ambos con un crecimiento destacado— mientras que Minería se mantiene estable.
En contraste, sectores como Hoteles y restaurantes muestran una fuerte desaceleración, afectados por la falta de competitividad y el boom del turismo al exterior.
Si se analiza el acumulado entre noviembre de 2023 y febrero de 2025, la recuperación se concentró en Intermediación financiera, Agro y Minería.
Mientras tanto, sectores clave como la Industria alimenticia apenas logran estabilizarse, y otras ramas industriales muestran retrocesos alarmantes: Metales básicos (-23%), Minerales no metálicos (-14%), Textiles (-9%) y Caucho y plástico (-9%).
El Indec informó que la utilización de la capacidad instalada en la industria —es decir, cuántas máquinas están en funcionamiento— fue del 54,4% en marzo. Este nivel está apenas 1 punto por encima de marzo de 2024, cuando había caído 14 puntos porcentuales.
Tal como se observa en el gráfico correspondiente, se trata del tercer marzo más bajo desde que hay registro (exceptuando 2020 por la pandemia y 2024). Además, está muy por debajo del promedio histórico de la última década (66%).
La pérdida de puestos registrados en el sector privado aún no logra ser compensada por otras formas de empleo, lo que plantea un desafío para la sostenibilidad de la recuperación.
En este contexto, el desempeño del mercado laboral seguirá estrechamente vinculado a la evolución de la demanda interna, la inversión y el nivel de actividad en los sectores más intensivos en mano de obra.
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— INDEC Argentina (@INDECArgentina) May 15, 2025
La industria utilizó 54,4% de su capacidad instalada durante marzo de 2025 https://t.co/2I1eoejCJC pic.twitter.com/WuKcLKjoSs