
Estados Unidos ha expresado un rechazo frontal a la adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. La Casa Blanca considera que la entrada de Bogotá en la Nueva Ruta de la Seda coloca en riesgo su influencia histórica en la región.
La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado anunció que no respaldará préstamos multilaterales para obras chinas en Colombia, advirtiendo a instituciones como el BID y organismos financieros internacionales sobre el impacto estratégico de estos proyectos.
La segunda línea del Metro de Bogotá, con una financiación parcial de 415 millones de dólares aprobada por el BID, podría quedar paralizada si cumple con contratos liderados por firmas estatales chinas. La disrupción afectaría plazos y aumentaría los costos de la obra.
La primera línea del metro capitalino, también adjudicada a un consorcio chino, refuerza la percepción de que Beijing avanza en sectores clave de infraestructura colombiana, todo ello bajo la mirada crítica de Washington.
Durante la visita oficial de Gustavo Petro, Xi Jinping prometió una línea de crédito por 9.000 millones de dólares para proyectos en América Latina, reafirmando el compromiso chino con la región y su estrategia de diplomacia financiera.
Petro defendió la adhesión a la ruta como un paso necesario para diversificar el comercio exterior y reducir un déficit que supera los 14.000 millones de dólares anuales con China, argumentando que Colombia necesita fuentes de financiación alternativas.
Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Brasil ya forman parte de la Ruta de la Seda, lo que ha generado preocupación en Washington sobre la expansión de la influencia china en Sudamérica. La Casa Blanca insiste en que los fondos de los contribuyentes estadounidenses no deben favorecer a empresas estatales de Beijing.
Para muchos analistas, este episodio refleja un cambio estructural en el orden geopolítico latinoamericano, donde China ofrece una narrativa de desarrollo distinta al modelo tradicional impulsado por EE.UU.
El presidente Gustavo Petro al finalizar su visita a China señaló: “Estar de segundón detrás de Estados Unidos queda en el pasado”. Además dijo que “con Xi Jinping he encontrado un aliado”. Así fueron sus declaraciones a la Televisión Central de China. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/lCqsHKAGgx
— Revista Semana (@RevistaSemana) May 17, 2025
La pugna entre Washington y Beijing en Colombia expone una fractura mayor en la diplomacia hemisférica. Mientras el gobierno de Petro busca autonomía frente a EE.UU., China consolida su rol como socio preferente. El desenlace definirá el equilibrio de poder en Sudamérica durante la próxima década.