
por Sebastián Muzi
Después de 25 años, los New York Knicks vuelven a las finales de la Conferencia Este y lo lograron con una actuación arrolladora en el Madison Square Garden. No sólo cerraron la serie en casa para la alegría de su público, sino que también lo hicieron con una victoria aplastante: 119-81 sobre los Celtics, con una diferencia que llegó a ser de 41 puntos.
Boston solamente pudo competir en el primer cuarto y parecía que ya había gastado toda su energía en la segunda parte del juego, donde no tuvo piernas, creatividad ni puntería para sostener el ritmo de los Knicks, que jugaron con la urgencia de cerrar la serie de local.
Los Knicks aprovecharon la ausencia por lesión de Jason Tatum y dominaron de principio a fin. Su defensa fue implacable, dejando a los últimos campeones en una situación desesperante en el tercer cuarto, con casi tantas pérdidas como tiros anotados. En ataque, el equipo de Tom Thibodeau tuvo una producción brillante de Jalen Brunson (23 puntos), OG Anunobi (23), Mikal Bridges (22) y Karl-Anthony Towns (21), pero también tuvieron un aporte invaluable de Josh Hart, que firmó su primer triple-doble en Playoffs con 10 anotaciones, 10 rebotes y 11 asistencias.
En cuanto a la franquicia verde, poco y nada: únicamente Jaylen Brown estuvo en sintonía con 20 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. El resto desafinó y posiblemente hayan jugado el peor partido de sus vidas, con estrellas como Al Horford, Derrick White y Jrue Holiday con 10, 8 y 4 puntos respectivamente.
Ahora, el desafío continúa. Las Finales de la Conferencia Este arrancan el miércoles 21 de mayo en el Madison Square Garden, donde los Knicks recibirán a los Indiana Pacers de Tyrese Haliburton y Pascal Siakam.
Será una serie intensa y con la mira en el boleto a la gran final, pero también estará en juego la profesía de Spike Lee, el célebre director de cine y fanático de los Knicks que interpretó la elección del nuevo Papa León XIV como una "señal divina" si su equipo gana el campeonato de la NBA.