
La Plaza de San Pedro fue testigo este domingo 18 de mayo de 2025 de una ceremonia que sólo ocurre pocas veces en un siglo: la inauguración formal de un nuevo pontificado. El Papa León XIV, elegido hace pocos días por el Colegio de Cardenales, recibió en una misa solemne el Palio y el Anillo del Pescador, dos símbolos cargados de tradición, poder y espiritualidad.
Ante más de 200.000 fieles y 150 delegaciones internacionales, León XIV dirigió su primera homilía como Sumo Pontífice, haciendo un llamado a la unidad de los pueblos y la renovación interior de la Iglesia: “Que no nos gobierne el odio ni la exclusión, sino el perdón y la paz”.
El Anillo del Pescador (Annulus Piscatoris) representa la autoridad del Papa como sucesor de San Pedro. Desde el siglo XIII, ha sido utilizado para sellar documentos oficiales y como símbolo de la misión apostólica.
“El anillo no es sólo una insignia de poder, sino un sello de misión espiritual: une al Papa con la figura de Pedro como pescador de almas”, explica el padre Mariano Fazio, vicario auxiliar del Opus Dei.
“Romper el anillo es un gesto teológico profundo: indica que el poder del Papa es temporal, no personal, y que pertenece a Cristo”, agrega la historiadora Lucía Guerrini.
El Palio es una banda de lana blanca con cruces negras, signo del Buen Pastor. Su origen se remonta al siglo IV y simboliza el vínculo entre el Papa y los obispos metropolitanos.
“El Palio es el abrazo de la Iglesia Universal sobre los hombros del Papa. No es un adorno, sino una carga: la del Buen Pastor que lleva al pueblo de Dios”, señala Andrea Grillo, teólogo litúrgico.
Más que una joya, el Anillo del Pescador es una extensión del cuerpo místico de la Iglesia. Evoca a Pedro como pescador de hombres y al Papa como su heredero espiritual.
“El anillo representa el vínculo entre el poder espiritual del Papa y la misión apostólica. Es un ancla en la tradición, en medio de las tormentas del mundo moderno”, afirma Monseñor Jean-Louis Thomas.
En un mundo secularizado, estos símbolos refuerzan la continuidad espiritual del papado.
“El simbolismo papal no es arcaico: es sacramental. Habla de lo invisible a través de lo visible, de lo eterno a través del gesto concreto”, resume Fray Paolo Benanti.
El Palio:
Lana de corderos bendecidos en la fiesta de Santa Inés
Cruces negras bordadas
Se coloca sobre los hombros del Papa
Simboliza el Buen Pastor
El Anillo del Pescador:
Oro macizo o plata dorada
Imagen de San Pedro en su barca
Sello de documentos oficiales
Se destruye tras el pontificado
Línea del tiempo de los símbolos papales
Siglo IV: Primeros registros del uso del Palio
Siglo XIII: Establecimiento oficial del Anillo del Pescador por el Papa Clemente IV
Siglo XVI: Institucionalización de la destrucción del anillo al final de cada pontificado
Siglo XX: Juan Pablo II y Benedicto XVI revitalizan el simbolismo litúrgico
2013: Francisco opta por una versión más austera del anillo
2025: León XIV recibe el Palio y el Anillo como signo de continuidad
“El Papa León XIV ha comenzado su pontificado con un fuerte gesto de fidelidad a la tradición, pero con sensibilidad pastoral moderna”, dice Sor Teresa Gutiérrez, teóloga argentina.
“Este Papa parece querer hablarnos desde el silencio de los gestos, más que desde el ruido de las reformas”, comenta el escritor italiano Lorenzo Galli.
“Su elección del anillo y el palio tradicionales es un mensaje claro: la Iglesia no se reinventa, se redescubre”, afirma el periodista español Ignacio Serra.
El Papa León XIV ha comenzado su pontificado bajo el signo de los grandes símbolos: el Palio que abraza, el Anillo que une, la liturgia que eleva. No fue sólo una ceremonia: fue una afirmación espiritual de que, en Roma, la eternidad todavía respira.