
En 2023, Casey Michaels, una doble de riesgo, logró una victoria legal significativa contra HBO tras un accidente devastador ocurrido en el set de Game of Thrones en 2018. La stuntwoman, que sufrió una lesión que puso fin a su carrera durante la filmación de la octava temporada, demandó a una filial de Warner Bros. Discovery por 5.3 millones de dólares, argumentando que la negligencia en el diseño de un truco le robó su futuro en la industria. Finalmente, HBO llegó a un acuerdo por 9.4 millones de dólares, incluyendo costos legales, y ofreció disculpas, reconociendo su responsabilidad en el incidente que marcó un punto de inflexión en la vida de Michaels.
El accidente ocurrió durante la grabación de “The Long Night”, el tercer episodio de la temporada final, en una escena de la Batalla de Winterfell. Michaels, de 27 años en ese momento, interpretaba a un Wight, un zombi controlado por los Caminantes Blancos. Junto a otros 27 especialistas, fue instruida para caminar desde un tejado de aproximadamente 12 pies de altura y caer en una plataforma de cartón y colchonetas. En el segundo intento, tras ajustes en el set que no fueron comunicados claramente, Michaels cayó de forma catastrófica, fracturándose gravemente el tobillo izquierdo. La lesión, que requirió múltiples cirugías y una placa con tornillos, le dejó secuelas permanentes, impidiéndole realizar actividades físicas.
Michaels, hija de reconocidos especialistas como Wayne Michaels y Tracey Eddon, estaba destinada a ser una de las mejores en su campo, con habilidades que incluían equitación, esquí y paracaidismo desde los cinco años. Sin embargo, el accidente no solo le arrebató su carrera, sino que la dejó con dolor crónico, movilidad reducida y problemas de salud mental. En su entrevista con Deadline, Michaels expresó que su caso revela fallos sistémicos en la industria de especialistas, como la tendencia a minimizar lesiones y culpar a los artistas. Criticó la falta de un organismo profesional en el Reino Unido que supervise la seguridad y la competencia de los coordinadores de acrobacias, señalando que el coordinador del set, Rowley Irlam, no ha asumido responsabilidad, a pesar de que HBO admitió su culpa en el acuerdo.
El incidente también destapó prácticas cuestionables en el set. Casey Michaels reveló que, dos meses después de su lesión, se pidió a los especialistas contribuir con 300 libras para un regalo para Irlam, un reloj Audemars Piguet valorado en más de 20.000 libras (unos 30 millones de pesos), supuestamente por mantener al equipo seguro. Esta práctica, que va en contra de las directrices del gremio Equity y del British Stunt Register, levantó preocupaciones éticas, ya que los coordinadores tienen poder sobre el empleo de los especialistas. Irlam, quien ha ganado cuatro Emmys por Game of Thrones y sigue trabajando en House of the Dragon, admitió que aceptar el regalo fue un error, pero HBO lo respaldó.