19/05/2025 - Edición Nº832

Internacionales

Autonomía fiscal

México: Sheinbaum frena la reforma que devolvería al Ejecutivo el control de las fiscalías

19/05/2025 | La presidenta mexicana descarta por ahora la polémica reforma que devolvería al Ejecutivo el nombramiento y cese de la FGR y las 32 fiscalías estatales.



La filtración de un borrador constitucional que revertiría la autonomía de la Fiscalía General de la República (FGR) y de las fiscalías estatales encendió las alarmas en México. En él se planteaba que el presidente pudiese nombrar y remover directamente a los titulares del Ministerio Público sin la intervención del Senado, deshaciendo el cerrojo aprobado en 2014.

Claudia Sheinbaum reaccionó: asegurando que su Gobierno “no impulsa ninguna reforma sobre fiscalías por el momento”. El matiz —no ahora— dejó abierta la puerta a futuros movimientos y avivó la suspicacia de la oposición, que habla de una estrategia de globo sonda.

Un borrador que prende las alarmas

El texto, elaborado en la Consejería Jurídica de la Presidencia, propone volver al modelo de “fiscal carnal”: designación directa por el Ejecutivo y facultad de remoción sin la mayoría calificada del Senado. También contempla que los gobernadores recuperen el control sobre las 32 fiscalías locales, lo que concentraría poder en los ejecutivos estatales.

Organizaciones civiles como México Evalúa y Fundar advirtieron que la medida debilitaría el sistema de contrapesos y “llevaría la impunidad a niveles aún más preocupantes”. Para los colectivos de víctimas, que han ganado sentencias históricas gracias a la autonomía del Ministerio Público, se trata de un retroceso “inaceptable”.

La estrategia política

Representantes Morena sostienen que la reforma solo es un borrador de trabajo y que la prioridad legislativa sigue siendo la elección popular de jueces y magistrados. Sin embargo, diputados aliados del partido gobernante reconocen que el diagnóstico interno sobre la FGR es negativo y que el actual diseño no funcionó para abatir la impunidad.

Sheinbaum deberá calibrar costos: necesita dos tercios del Congreso y la aprobación de 17 congresos estatales, un umbral difícil sin negociar con el PRI o Movimiento Ciudadano. De momento, opta por enfriar el debate y enfocarse en las reformas judicial y energética para el próximo periodo ordinario (septiembre‑diciembre).

Riesgos para la democracia

Concentrar de nuevo el Ministerio Público en la figura presidencial amenaza la independencia de las investigaciones penales y puede facilitar el uso político de la justicia, advierten constitucionalistas. El índice V‑Dem ubica la reforma como un potencial descenso de medio punto en la variable de autonomía fiscal.

Al mismo tiempo, el Gobierno argumenta que la autonomía no ha reducido la impunidad, que permanece por encima del 94 %. “No se trata de poder, sino de eficacia”, insistió un asesor de la Presidencia. La batalla narrativa ya empezó: ¿centralizar para depurar o blindar para controlar?

Conclusión

La pausa anunciada por Sheinbaum es, sobre todo, una jugada táctica: mide la temperatura social, evita desgastar capital político antes de la reforma judicial y observa cómo se reconfigura el Senado tras las elecciones estatales de 2026. Si la presión pública mengua y la oposición se fractura, el proyecto podría resurgir.

De aprobarse, la contrarreforma redefiniría la arquitectura de la procuración de justicia mexicana para la próxima década. El dilema entre eficiencia y concentración de poder seguirá marcando la agenda y obligará a la sociedad civil a vigilar cada coma del debate.