20/05/2025 - Edición Nº833

Internacionales

Disputa por el oro negro

Tensión en África Central tras fallo de la Corte Internacional de Justicia

20/05/2025 | Una histórica disputa territorial entre Gabón y Guinea Ecuatorial revive tensiones regionales, mientras crecen las sospechas sobre una posible venta encubierta del territorio por parte del régimen de Obiang.



La reciente victoria legal de Guinea Ecuatorial sobre Gabón en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no ha logrado calmar las aguas. Por el contrario, reavivó una llama geopolítica histórica en África Central que podría escalar en los próximos meses, sobre todo ante la creciente fragilidad del régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, el dictador más longevo del continente.

El fallo emitido el 19 de mayo por la CIJ con sede en La Haya otorgó la soberanía a Guinea Ecuatorial sobre tres islas situadas en la bahía de Corisco, una zona estratégica rica en petróleo. El tribunal determinó que Malabo heredó legítimamente el título territorial de España tras la independencia de 1968, y desestimó los reclamos de Gabón, que desde hace décadas disputa el control sobre las islas de Conga, Cocoteros y la codiciada Bañé.

Aunque el gobierno ecuatoguineano celebró la decisión como una victoria diplomática y una reafirmación del compromiso con la resolución pacífica de los conflictos, el panorama interno sugiere todo lo contrario. La desconfianza hacia Obiang -acusado de corrupción, tortura, represión y entrega de soberanía- se ha intensificado. En un video viralizado en redes sociales, el líder opositor José Nve Elo Obono, líder del FPR (Frente Popular Republicano), denunció públicamente que el dictador ya habría “vendido Bañé” años atrás en secreto, y que el juicio internacional habría sido un montaje para legitimar la cesión territorial mientras se blanqueaban responsabilidades.

“Obiang debe demostrar ahora que no ha vendido Bañé”, afirma el dirigente, quien relata haber escuchado a su propio padre -exministro de Estado- contar que el mandatario había negociado la isla con los Bongo, la familia gobernante en Gabón. “Lo lógico era ir a un arbitraje internacional que favoreciera a Gabón y así Obiang quedaba con las manos limpias”, explica. A su entender, el fallo inesperadamente favorable a Guinea Ecuatorial deja a Obiang en un callejón sin salida: ahora debe recuperar el control efectivo de las islas y exigir compensaciones por los recursos explotados ilegalmente por Gabón durante más de una década.

Un conflicto con raíces coloniales

La disputa por estas islas se remonta a la época colonial. Cuando España se retiró de Guinea Ecuatorial en 1968, dejó bajo su soberanía varios territorios insulares, incluidos aquellos situados en la bahía de Corisco. Sin embargo, la cercanía geográfica con Gabón y la falta de delimitaciones precisas generaron ambigüedades que fueron aprovechadas por Libreville para reclamar jurisdicción.

El conflicto se intensificó en los años 70 y 80, cuando comenzaron las prospecciones petroleras en la zona. Desde entonces, Gabón -hoy bajo el mando de Brice Clotaire Oligui Nguema- ha explotado los recursos marítimos y pesqueros sin reconocimiento ecuatoguineano, lo que avivó la tensión entre ambos países.

Un dictador al borde del ocaso

El contexto no podría ser más delicado para Guinea Ecuatorial. Obiang, en el poder desde 1979, está debilitado por la edad, la crisis económica y la creciente presión internacional por violaciones sistemáticas de derechos humanos. Su hijo, Teodorín Nguema Obiang, enfrenta múltiples causas por corrupción en Europa y no cuenta con el respaldo necesario para garantizar una sucesión ordenada.

En este escenario, algunos sectores en Gabón -especialmente vinculados a la élite militar- han vuelto a plantear abiertamente la necesidad de “recuperar” territorios que consideran propios, incluyendo la parte territorial de Guinea Ecuatorial. La reciente decisión de la CIJ no parece disuadirlos, y en lugar de cerrar el conflicto, podría convertirse en una excusa para elevar el tono o incluso generar tensiones militares.

¿Una nueva fase del conflicto?

Aunque oficialmente el gobierno de Malabo confía en “la cooperación constructiva”, en la práctica, la situación es cada vez más volátil. Los sectores de la oposición ven la sentencia como una oportunidad para exigir a Obiang medidas concretas: desde la recuperación efectiva de las islas hasta la exigencia de indemnizaciones por los recursos saqueados.

La pregunta que flota en el aire es si Obiang está en condiciones de hacerlo o si, como temen muchos, ya ha negociado en secreto lo que ahora pretende defender en público.

Lo cierto es que, lejos de resolver el problema, el fallo de la CIJ podría haber activado una nueva fase en el histórico y peligroso conflicto por las islas de la bahía de Corisco. África Central, una vez más, se asoma al abismo de sus propias fronteras coloniales.