22/05/2025 - Edición Nº835

Internacionales

Justicia brasileña

Brasil con Jair Bolsonaro: el caso que redefine el poder presidencial de Lula da Silva

21/05/2025 | El exmandatario y siete colaboradores son juzgados por el asalto del 8 de enero de 2023 y la conspiración para impedir la asunción de Lula.



Comienza el juicio más grave de la democracia brasileña

Se abrió el juicio penal contra Jair Bolsonaro ante el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil. Es la primera vez que un expresidente del país enfrenta cargos por un intento de golpe de Estado.

La acusación lo señala como cabecilla de una organización criminal que buscaba impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue electo democráticamente en 2022.

Los cargos y las posibles condenas

Bolsonaro y otros siete altos exfuncionarios enfrentan cargos por tentativa de golpe de Estado, abolición violenta del Estado de derecho, organización criminal armada, daño calificado y deterioro del patrimonio público.

De ser hallados culpables, las penas podrían alcanzar los 40 años de prisión. Entre los acusados figuran los exministros Anderson Torres (Justicia), Augusto Heleno (Seguridad Institucional), Paulo Sergio Nogueira (Defensa) y Walter Braga Netto (Casa Civil), así como el exdirector de la inteligencia brasileña y hoy diputado, Alexandre Ramagem.

Testimonios clave de las fuerzas armadas

Las primeras audiencias han contado con seis testigos de la Fiscalía, incluyendo a los excomandantes Marco Antonio Freire Gomes (Ejército) y Carlos de Almeida Baptista Júnior (Fuerza Aérea).

Ambos confirmaron que Bolsonaro y sus asesores propusieron a los militares desconocer el resultado electoral y apoyar una intervención armada. Uno de los momentos más reveladores fue cuando Baptista Júnior declaró que Freire Gomes habría llegado a amenazar con arrestar a Bolsonaro si seguía adelante con el plan golpista.

El asalto del 8 de enero, pieza clave

El juicio se centra en los hechos del 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes bolsonaristas atacaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.

El STF calificó esos actos como terrorismo y sedición, lo que refuerza la gravedad de las acusaciones. El proceso incluye la toma de declaración a 82 testigos y se extenderá hasta al menos el 2 de junio. La cobertura mediática y el seguimiento internacional reflejan la magnitud del proceso judicial.

Un juicio con impacto regional

Este juicio no sólo pone a prueba el sistema judicial brasileño, sino que marca un precedente para la región.

Las democracias latinoamericanas observan con atención este proceso que podría redefinir los límites de la inmunidad presidencial frente a delitos contra el orden institucional.

La decisión del STF en este caso podría sellar el legado de Bolsonaro como el primer expresidente brasileño en ser condenado por atentar contra la democracia.

También podría ser una advertencia para futuros liderazgos autoritarios en la región. El uso de la estructura institucional para promover el enjuiciamiento y la rendición de cuentas representa un momento bisagra para la justicia latinoamericana. El proceso también revela las tensiones internas dentro de las Fuerzas Armadas y la persistente fragilidad del orden democrático en Brasil.