
Ocho integrantes de la denominada "criptosecta" IM Mastery Academy fueron condenados por los delitos de asociación ilícita y estafas reiteradas. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de Córdoba, a cargo de la jueza María Noel Costa, en el marco de un juicio abreviado donde los acusados aceptaron su responsabilidad y se comprometieron a reparar a las víctimas y cesar la actividad delictiva.
Según la sentencia, Renato Lucciano Rivarola Oblitas, Brian Tomás Manrique, Lautaro Julián Manrique, Andrea Estefanía Bautista Bedoya, Gustavo Miguel Zamora y Haidar Tawil Abou recibieron penas de tres años de prisión por ser parte de una estructura criminal denominada “L360/IM”, que operaba como un desprendimiento local de la firma internacional IM Mastery Academy, cuya sede se encuentra en Estados Unidos.
Otras dos imputadas, María Victoria Gómez y Pamela Angélica González, fueron condenadas a un año de prisión por estafas. Además, el tribunal ordenó el decomiso de bienes (celulares, notebooks y criptomonedas) y una reparación económica integral para las víctimas, que incluye la devolución de suscripciones, gastos y una compensación equivalente a un salario mínimo por el tiempo en que estuvieron alojadas en los departamentos de la organización.
Durante el juicio, una de las víctimas resumió el esquema con una frase contundente: “Esto es una secta para volverse millonarios”. Según el fallo, los imputados captaban a jóvenes vulnerables por redes sociales, les prometían ingresos en dólares a cambio de una suscripción de U$S 185 y luego los inducían a reclutar a más personas para replicar el modelo.
“Desde 2018 hasta junio de 2022 se dedicaron a captar y a acoger a por lo menos 29 víctimas con el objetivo de estafarlos”, se detalló. La jueza indicó que los captados compartían un perfil común: entre 17 y 31 años, con sus primeros pasos laborales, necesidades económicas y ambiciones de éxito. “Fácilmente manipulables, por su contexto de vida, su situación particular, su ambición o educación”, describió.
En sus fundamentos, Costa afirmó: “Existe prueba suficiente que permite a la suscripta tener por acreditado con certeza [...] que formaban parte de esa estructura organizada ilícita que, de forma permanente y habitual, se dedicaba a cometer ilícitos, que incluía captación, engaño, simulación, ardid, manipulación y aprovechamiento de situaciones límites para sacar provecho económico y productivo en favor de la empresa delictual”.
El modelo era piramidal. “Su funcionamiento exige el reclutamiento permanente de nuevos participantes, quienes a su vez deben atraer a más individuos con el fin de obtener beneficios económicos, configurando así una estructura de tipo piramidal, en la que únicamente aquellos ubicados en los niveles superiores logran obtener réditos”, explicó la jueza.
Los acusados usaban lo que llamaban “la cultura del departamento”, una estrategia de control en la que las víctimas vivían juntas en inmuebles alquilados por la organización. Allí eran monitoreadas y motivadas a cumplir objetivos diarios. “Las víctimas incurrían en erogaciones materiales que excedían en muchas veces su capacidad económica o les implicaban un esfuerzo adicional”, indicó el fallo.
Uno de los imputados, Rivarola Oblitas, fue identificado como el líder. Según una víctima, en una reunión se presentó “como un político” y explicaba “la manera de trabajar, de brindar liderazgo y cómo llegó a generar sus altos ingresos”.
La jueza Costa rechazó el argumento inicial de que eran simples distribuidores de servicios educativos. “Ha quedado desvirtuada primero por la prueba producida y luego, por el reconocimiento que los propios acusados realizaron ante el Tribunal”, sostuvo. Lo que realmente ofrecían era “una fachada con ‘barniz de legalidad’ [...] prometiendo grandezas económicas para lograr de ellas, acciones voluntarias de desprendimiento patrimonial”.
Durante las audiencias, se destacó que esta es la primera condena internacional contra IM Mastery Academy. La fiscalía, a cargo de Maximiliano Hairabedian, aportó información sobre causas similares en otros países: en España, donde se detuvo al líder de la organización; en Estados Unidos, donde se entablaron acciones por engaño al consumidor; y en Luxemburgo, donde se emitieron alertas oficiales.
LN