21/05/2025 - Edición Nº834

Internacionales

El Vaticano, Washington y un gesto enigmático

¿Qué contenía el misterioso sobre que JD Vance le entregó al Papa León XIV?

20/05/2025 | En nombre de Donald Trump, el vicepresidente JD Vance visitó al Papa León XIV en el Vaticano y le entregó un sobre cerrado. La invitación oficial a EE.UU. fue solo una parte del mensaje: ¿qué más había?



El encuentro entre el vicepresidente JD Vance y el Papa León XIV en el Vaticano no solo selló un gesto diplomático entre Washington y la Santa Sede, sino que dejó flotando una pregunta que desvela a analistas políticos y religiosos por igual: ¿qué contenía exactamente el sobre que Vance, aliado clave de Donald Trump, puso en manos del nuevo pontífice? Más allá de la confirmada invitación formal para visitar Estados Unidos, el contexto, los símbolos y el momento político sugieren un movimiento estratégico que podría redefinir la relación entre el gobierno estadounidense y la Iglesia católica global.



Un sobre que dice más de lo que muestra

Durante su visita oficial al Vaticano, JD Vance entregó personalmente una carta del presidente Donald Trump y de la primera dama, Laura Trump, en la que invitan al Papa León XIV a visitar Estados Unidos. “En algún momento”, fue la escueta respuesta del pontífice cuando recibió el documento, en un gesto medido pero abierto.

Además de la carta, Vance obsequió al Papa dos obras de San Agustín y una camiseta del equipo de fútbol americano Chicago Bears con el nombre "León", en un guiño al origen estadounidense del Sumo Pontífice, nacido en la ciudad del mismo nombre.

Sin embargo, para expertos en relaciones internacionales, el contenido explícito del sobre es solo una parte del mensaje. Lo verdaderamente importante es lo que representa: una invitación que busca relanzar un vínculo tenso, pero estratégico.

¿Cómo afectará al Vaticano esta alianza con EE.UU.?

La diplomacia vaticana ha sido históricamente hábil en mantener equilibrios entre potencias. Sin embargo, una eventual visita papal a Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump podría interpretarse como un alineamiento que incomoda a sectores progresistas dentro y fuera de la Iglesia.

“El riesgo para el Vaticano no está en aceptar la invitación, sino en parecer funcional a una narrativa política conservadora que ya ha sido cuestionada desde sectores eclesiales”, advierte Hans Pfeiffer, consultor del Consejo Pontificio para Asuntos Internacionales. No obstante, León XIV podría aprovechar ese viaje para reforzar su agenda social: inmigración, medioambiente y justicia global, temas en los que Trump tiene una postura opuesta.

En ese sentido, el Vaticano no se subordina, sino que busca influir. Como lo hizo Juan Pablo II con el comunismo o Francisco con la Amazonía, León XIV podría usar Washington como escenario de una denuncia simbólica.

¿Qué riesgos enfrenta Trump con esta jugada diplomática?

Para Trump, la maniobra tiene tanto potencial como peligros. La foto con el Papa sería poderosa en campaña: mostraría apertura, liderazgo y conexión con valores tradicionales. Pero la historia reciente de León XIV demuestra que no se calla cuando ve injusticia. La posibilidad de que el Papa hable en suelo estadounidense contra el racismo sistémico, el negacionismo climático o la desigualdad extrema no es remota.

“Trump corre el riesgo de invitar a un crítico que usa el Evangelio como espada moral. No sería la primera vez que una visita papal incomoda a la Casa Blanca”, rememora John R. Levingston, del American Council on Faith and Policy.

También hay un factor electoral: buena parte de la base republicana ve con desconfianza a la jerarquía católica global. Si León XIV refuerza mensajes considerados "liberales" por ese electorado, el efecto podría ser contraproducente.

¿Qué dicen los expertos sobre este acercamiento político-religioso?

Desde el ámbito académico y diplomático, el encuentro fue leído como el inicio de una relación con potencial estratégico. Para algunos, podría reactivar el rol de la Iglesia como mediadora global en tiempos de conflictos congelados, como el de Ucrania. Para otros, es un acercamiento calculado, donde cada parte busca beneficios concretos.

“La Santa Sede necesita interlocutores que no estén atrapados en la parálisis de Bruselas o Naciones Unidas. Y Trump, pese a sus contradicciones, quiere mostrar liderazgo moral ante el desorden internacional”, afirma Francesca Di Marzio, profesora de relaciones internacionales en la Pontificia Universidad Gregoriana.

En los medios internacionales, The Guardian habló de “un reinicio diplomático forzado pero necesario”. En tanto, Reuters destacó que líderes europeos y estadounidenses respaldaron el rol mediador del Papa y elogiaron la posible apertura de una vía religiosa para la paz en Ucrania.

Una alianza posible, pero incómoda

La entrega del sobre por parte de JD Vance al Papa León XIV podría parecer un gesto menor, pero sus implicancias son profundas. Marca el inicio de una nueva etapa entre el Vaticano y Estados Unidos, signada por tensiones ideológicas, ambiciones geopolíticas y valores en disputa.

Para el Papa, representa la oportunidad de incidir moralmente en un escenario clave. Para Trump, una apuesta que puede fortalecerlo o dejarlo expuesto. Y para el mundo, una señal de que, incluso en la era de los algoritmos, los gestos simbólicos aún tienen un poder incalculable.