
Paraguay anunció una inversión de 100 millones de dólares para modernizar la hidrovía del Paraná, una arteria fluvial de 3 442 kilómetros que conecta Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. El paquete -financiado con recursos propios, un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y capital privado- comprende el dragado permanente de 16 pasos críticos, un sistema de balizamiento con boyas inteligentes, y la ampliación de los puertos de Villeta, Asunción y Concepción.
Con ello, se habilitarán convoyes de hasta 30 barcazas todo el año y se espera reducir los costos logísticos en un 20 %, reforzando la competitividad de las agroexportaciones. La hidrovía ya moviliza el 60 % de las exportaciones paraguayas -soja, carne bovina, aceites y mineral de hierro- y genera unos 7 000 empleos directos. El Ministerio de Economía proyecta que la obra sume 1,2 puntos porcentuales al PIB en los próximos cinco años, además de atraer inversiones en astilleros y servicios logísticos.
Modelos hidrológicos para la cuenca del Plata anticipan descensos de hasta 40 cm en el nivel del río durante episodios de sequía extrema. La bajante de 2021 -la peor en 77 años- provocó pérdidas estimadas en 250 millones de dólares por demoras en embarques y sobrecostos de flete. Para mitigar el riesgo, el proyecto incorpora un sistema binacional de alerta temprana basado en sensores IoT y pronósticos satelitales, junto con estaciones de bombeo que mantendrán los calados mínimos.
Organizaciones como WWF Paraguay y Guyra Paraguay alertan que el dragado podría alterar los bancos de arena donde desovan especies endémicas como el dorado y afectar humedales Ramsar. El Ministerio del Ambiente ha elaborado un plan de manejo adaptativo con monitoreos trimestrales, ventanas ecológicas de dragado y corredores de flujo; su implementación será clave para la aceptación social del proyecto.
¡La Hidrovía se moderniza! ⚓️🌎
— 5Días (@5diasPY) May 19, 2025
CAFYM propone una actualización clave del Reglamento 7 del Régimen Único de la Hidrovía Paraguay–Paraná, buscando ampliar las dimensiones permitidas de los convoyes de 50 a 65 metros de manga.
¿El objetivo?
✅ Más eficiencia logística
✅ Menos… pic.twitter.com/NadeRSDQRd
La iniciativa paraguaya coincide con el debate sobre el Canal Magdalena en Argentina, corredor marítimo que busca redirigir el tráfico hoy manejado por Montevideo. Según la Comisión Intergubernamental de la Hidrovía, si ambos proyectos avanzan, la región podría manejar más de 35 millones de toneladas anuales de granos y combustibles, casi el doble de 2015. Paraguay aspira a convertirse en "hub" para las cargas bolivianas y del centro-oeste brasileño, pero necesita acuerdos sobre peajes, señalización y protocolos de paso con Argentina para evitar cuellos de botella.
Los armadores locales también presionan por incentivos que permitan renovar una flota cuya antigüedad promedio supera los 30 años y consume 25 % más combustible que los convoyes brasileños. Sin esa actualización, la ventaja comparativa del río puede diluirse frente a los corredores carreteros.
La hidrovía es la principal carta de Paraguay para sortear su condición de país sin litoral y erigirse en puerta fluvial del Mercosur. El retorno económico previsto es alto, pero el margen de error también: sequías prolongadas, presión ambiental y competencia regional pueden erosionar los beneficios si no se consolida un enfoque de gestión integrada de cuencas con participación comunitaria y transparencia en los peajes. Cumplir con los compromisos de alertas tempranas, monitoreo de sedimentos y estándares ambientales será decisivo para armonizar crecimiento y resiliencia climática.
De lograrlo, el dragado actual no se convertirá en la próxima crisis ecológica, y la hidrovía podrá combinar desarrollo y sostenibilidad en una de las regiones más dinámicas del Cono Sur.