
Cuando se le preguntó a Tom Cruise qué quería hacer para una escena de acción en Misión Imposible La sentencia final, su respuesta fue tan audaz como era de esperarse: “Quiero estar entre las alas del avión, sosteniéndome de los cables de tensión, y quiero estar en gravedad cero entre las alas”. Los profesionales del wing-walking, expertos en caminar sobre las alas de aviones en vuelo, le advirtieron que eso era imposible, que nunca se podría lograr. Sin inmutarse, Cruise simplemente agradeció sus opiniones y decidió seguir adelante con su idea.
En la octava entrega de la saga Misión Imposible, Tom Cruise, a sus 62 años, insistió en realizar sus propias acrobacias, incluyendo una secuencia en la que su personaje, Ethan Hunt, camina entre las alas de un biplano en pleno vuelo sobre Sudáfrica. El director Christopher McQuarrie, quien ha trabajado con Cruise en las últimas cuatro películas de la franquicia, relató en el Festival de Cannes cómo esta escena llevó al actor al borde de sus límites físicos.
El wing-walking es una actividad de alto riesgo que pone al cuerpo humano bajo una presión extrema. Según McQuarrie, después de unos 12 minutos, el impacto del viento y la falta de oxígeno comienzan a descomponer el cuerpo, de forma comparable a dos horas de ejercicio intenso en el gimnasio. A pesar de estas condiciones, Cruise decidió prolongar la toma más allá de este límite. Desde un helicóptero que seguía al biplano, McQuarrie supervisó la escena, consciente de los riesgos, pero confiando en la capacidad de Cruise para superar lo imposible.
El momento más crítico llegó cuando el actor alcanzó un punto de agotamiento extremo. “Hubo un momento en que Tom se había esforzado tanto que estaba tan físicamente agotado que no podía levantarse del ala”, explicó McQuarrie en una entrevista en Cannes junto a Cruise. “Estaba tendido en el ala del avión, con los brazos colgando por delante. No podíamos saber si estaba consciente o no”. La tensión se intensificó cuando el piloto informó que al avión le quedaban solo tres minutos de combustible, y aterrizar con Cruise en esa posición era imposible.
A pesar del agotamiento, Cruise logró reunir las fuerzas necesarias para actuar. McQuarrie describió cómo el actor se arrastró hasta la cabina, asomó la cabeza para recuperar oxígeno y finalmente trepó al interior del avión, un esfuerzo que el director calificó como algo que “nadie en el mundo, salvo Tom, podría hacer”.