
El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, anunció este 22 de mayo que el nuevo acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y México podría cerrarse antes de que termine el 2025. El pacto, que moderniza el tratado original firmado en el año 2000, contempla no solo comercio de bienes y servicios, sino también cooperación política, energética, tecnológica y de seguridad.
La declaración de Tajani tuvo lugar en Bruselas, donde destacó ante la prensa el avance significativo en las negociaciones. "Estamos avanzando mucho, esperamos que antes de fin de año esté concluido", afirmó el canciller italiano. El diplomático subrayó que hay una voluntad compartida de impulsar el tratado como un símbolo del compromiso euro-latinoamericano.
El nuevo acuerdo sustituirá al Acuerdo Global vigente desde el año 2000 y busca facilitar las inversiones, reducir aranceles y alinear regulaciones sanitarias, medioambientales y laborales. También incluye cláusulas sobre sostenibilidad, lucha contra el cambio climático y derechos humanos.
Para México, el tratado representa una puerta de acceso preferencial al mayor bloque económico del mundo, mientras que para Europa significa diversificar socios estratégicos en América Latina, especialmente en un contexto geopolítico marcado por tensiones con China y Rusia.
Si bien los aspectos técnicos del acuerdo están prácticamente cerrados, su ratificación aún depende de los parlamentos de los 27 Estados miembros de la UE. Algunos sectores agrícolas europeos han manifestado preocupaciones sobre la competencia con productos mexicanos, pero la Comisión Europea ha defendido el acuerdo como equilibrado.
Por su parte, México ha destacado el interés de empresas europeas en sectores como el hidrógeno verde, automoción, farmacéutica y defensa, y considera que el nuevo marco legal dará mayor certidumbre a las inversiones.
La posible conclusión del nuevo acuerdo UE-México representa un refuerzo geopolítico y económico clave en el siglo XXI. En un escenario global fragmentado, las alianzas entre democracias regionales permiten construir estabilidad, ampliar mercados y afrontar retos comunes.
De concretarse este año, el tratado sería un mensaje potente sobre la vigencia del multilateralismo y la cooperación transatlántica, frente a la inestabilidad y el proteccionismo en otras partes del mundo.