
El jefe de la Policía Científica de la Ciudad de Buenos Aires, comisario general Esteban Henain Gari, aportó detalles clave sobre la escena del crimen en Villa Crespo donde fueron hallados sin vida el empresario agropecuario Bernardo Adrián Seltzer, su esposa Laura Leguizamón y sus dos hijos adolescentes, Ian e Ivo. Las conclusiones preliminares, según explicó, permiten descartar de forma categórica la participación de un tercero. “A nivel pericial queda totalmente descartado que haya ingresado otra persona al departamento. No hubo un hecho delictivo”, aseguró.
El caso se conoció cuando la empleada doméstica del matrimonio ingresó al departamento 6A de la calle Aguirre al 200 y descubrió el horror: los cuatro integrantes de la familia estaban muertos. La mujer estaba en el baño con una herida en el corazón; el hombre, en la cama sobre un charco de sangre; los dos adolescentes, con múltiples heridas de arma blanca en la espalda, signos de defensa y en diferentes sectores del departamento.
Gari, con 36 años de experiencia en criminalística, explicó que se trató de una inspección ocular “de lo general a lo particular, sin dejar ningún tipo de detalles”. En esa inspección se fotografió y filmó cada rincón del departamento para ser posteriormente analizado en laboratorio: “Hay veces que lo que no se ve en el lugar después se ve en los laboratorios”.
Uno de los elementos más significativos hallados en la escena fue una carta manuscrita con manchas de sangre, ubicada en el comedor. La misma incluía frases como “los amo, los amo” y “todo mal, muy perverso”. A partir de su hallazgo, se desplegaron técnicas de revelado con polvo magnético para identificar la autoría. “Por lo general, cuando uno escribe en una hoja quedan rastros papilares, más que nada de la palma del escritor, que es una parte de la mano muy enriquecida con dibujo papilar que sirve para establecer identidad física humana”, explicó el comisario, en declaraciones al canal A24.
También se incautó una lapicera para cotejarla con las impresiones y trazos detectados en la carta. “Ese arrastre de tinta también da indicios de quién pudo haber escrito la carta”, añadió. Además, se realizaron pericias caligráficas para comparar la escritura con muestras indubitadas de los integrantes de la familia.
En cuanto a los cuerpos, Gari subrayó la importancia de las lesiones de defensa: “Cuando una persona es atacada por otra, lo primero que atina el ser humano como mecanismo de defensa es tratar de cubrirse”. Los análisis confirmaron que los adolescentes presentaban estas lesiones, indicando que intentaron resistir el ataque.
Las puertas del departamento no presentaban signos de violencia ni había muebles revueltos o faltantes materiales, lo que fortaleció la hipótesis del triple homicidio seguido de suicidio. El fiscal César Troncoso, a cargo de la investigación, se apoyó en estos elementos para calificar el caso.
Según trascendió, Laura Leguizamón, la mujer hallada muerta en el baño y presunta autora de la masacre, estaba bajo tratamiento psiquiátrico por un posible cuadro de esquizofrenia y había abandonado la medicación. “Estamos muy satisfechos. Nuestra misión en el lugar del hecho es hacer hablar a los testigos mudos que están en un escenario criminal”, sintetizó Gari sobre el rol de la Policía Científica en un hecho que sacudió a todo el país.
LN