
La sífilis, una infección de transmisión sexual que puede comenzar con una simple lesión indolora, se está convirtiendo en un problema sanitario de alcance nacional. Si no se detecta a tiempo, esta enfermedad avanza hacia etapas más graves, afectando el sistema nervioso, el corazón, y pudiendo incluso transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, dando lugar a casos de sífilis congénita con consecuencias severas para los recién nacidos.
Desde 2020, hospitales públicos y laboratorios privados han registrado un aumento sostenido de diagnósticos, con cifras que triplican los registros previos. Según datos difundidos por Noticias 7 de Neuquén, ciudades como Cipolletti ya muestran un crecimiento preocupante de casos, especialmente en adolescentes y bebés contagiados durante la gestación.
Profesionales de la salud atribuyen esta tendencia a la disminución en el uso del preservativo, el debilitamiento de las campañas de prevención y la falta de implementación efectiva de la educación sexual integral en muchas instituciones educativas. “La baja percepción del riesgo no solo impacta en la sífilis, también vemos un aumento en enfermedades como el VIH y la gonorrea”, advirtieron desde la red “Voces por la Prevención”.
Esta organización, compuesta por trabajadoras del ámbito de la salud, lanzó recientemente la campaña “Stop Sífilis”, con el objetivo de generar conciencia, brindar información clara y fomentar el uso del preservativo como herramienta fundamental de prevención. Aunque este método es gratuito y su distribución está garantizada en muchos espacios públicos, el mensaje no está llegando con la fuerza necesaria: muchos jóvenes desconocen incluso su uso correcto.
“Es fundamental recuperar el diálogo sobre salud sexual, no solo desde el sistema de salud, sino también en las escuelas, los hogares y los medios”, explicaron desde la red. La campaña apuesta a las plataformas digitales con materiales accesibles, tanto gráficos como audiovisuales, dirigidos a diferentes públicos.
Con un crecimiento silencioso pero constante, la sífilis se posiciona hoy como un desafío urgente para las políticas de salud pública. Y mientras la enfermedad avanza, los profesionales insisten: la prevención es posible, pero necesita visibilidad, compromiso y educación.