
En la región núcleo, el efecto de las últimas lluvias está lejos de disiparse y según advirtieron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el anegamiento en los campos del sudeste de esa región frena la cosecha de soja. Entre los días 14 y 19 de mayo, en esa zona el acumulado osciló entre 100 y 370 milímetros y no solo ralentizó las labores de recolección, sino que también es una amenaza para los rindes y calidad del cultivo.
“A la fecha, este sector ya recibió entre el 70 y el 95% del total de agua de lluvia que acumula en el año", explicaron. Los datos son por demás contundentes: en el noroeste bonaerense, en solo tres días llovió más de lo que suele llover en todo mayo.
Un repaso por el registro de precipitaciones permite tomar dimensión del problema que enfrentan los productores. En la localidad bonaerense de Chacabuco, llovieron 370 milímetros, cuadruplicando el valor medio histórico de todo mayo.
Por su parte, Rojas acumuló 290 milímetros, el valor más alto de los últimos 28 años para el mes. En tanto, en Baradero el pluviómetro marcó 258 milímetros, récord de lluvias en mayo de los últimos 19 años. En el sudeste santafesino, los acumulados fueron desde 50 a 130 milímetros, mientras que en Córdoba, las lluvias fueron muy dispersas y más moderadas.
“El verdadero problema está en el anegamiento de campos y caminos, que complica la continuidad de la cosecha de soja en el norte de Buenos Aires, ya con un retraso que empieza a poner en riesgo tanto los rindes como la calidad del grano”, señalaron En medio de este panorama complejo, desde Rojas destacaron un aspecto positivo: “reaparecieron lagunas que hace años no veíamos, y eso nos permitirá recuperar las napas”, afirmaron.
Ante este escenario, la cosecha de la soja enfrenta serias complicaciones en la región, con máquinas que no pueden ingresar a los lotes, porque el agua todavía sigue a nivel de superficie y no termina de escurrir. “Va a haber pérdidas por desgrane y grano manchado”, alertaron asesores técnicos de la zona.
En el noroeste de Buenos Aires, si bien los rindes no muestran, por el momento, un deterioro significativo, preocupa el retraso en la cosecha. En esta región aún resta recolectar entre el 10 y el 30% de la soja de primera, además de una proporción importante de la soja de segunda.
Un panorama distinto se observa en localidades como Rojas, Wheelwright y Colón, donde el agua drenó con mayor rapidez. Allí, la cosecha avanza sobre los últimos lotes de soja de segunda, que representan entre un 5 y un 15% del área implantada. Productores de la zona destacaron la velocidad con la que el suelo recuperó condiciones de operatividad, a pesar de las fuertes lluvias.
Por último, en zonas planas y bajas como Arrecifes, Chacabuco y San Antonio de Areco, la situación es más compleja. En esas localidades, persisten los anegamientos y la incertidumbre sobre la proporción de hectáreas que se podrán cosechar.