28/05/2025 - Edición Nº841

Internacionales

Política regional

Perú: Dina Boluarte enfrenta un nuevo desafío: ¿cómo revertir su imagen en caída?

27/05/2025 | La mandataria peruana aparece en el último lugar del ranking de imagen positiva en Sudamérica.



El resultado que sacudió Lima

Una reciente encuesta de CB Consultora Opinión Pública reveló que Dina Boluarte es actualmente la presidenta con peor imagen en Sudamérica, con apenas un 19,8% de aprobación. Lo más llamativo no fue solo su posición en el fondo del ranking, sino el retroceso de más de cinco puntos porcentuales respecto al mes anterior.

Aunque los números la sitúan por debajo de figuras controvertidas como Nicolás Maduro y Luis Arce, el verdadero problema para Boluarte no es la comparación internacional, sino el creciente desapego interno, donde la ciudadanía percibe una falta de dirección clara en medio de múltiples crisis.

El contexto interno no da tregua

Desde que asumió tras la destitución de Pedro Castillo, Boluarte ha tenido que enfrentar una sucesión de gabinetes inestables, protestas sociales, denuncias de corrupción y una desafección parlamentaria constante. La acumulación de estos factores ha deteriorado la confianza incluso entre sus antiguos aliados.

Si bien la presidenta ha intentado mostrarse como una figura institucional firme, el vacío político en su entorno y la falta de reformas concretas la han dejado sin una narrativa sólida para revertir su situación.

Contrastes regionales: una lección para Lima

En el mismo estudio, Daniel Noboa (Ecuador), Javier Milei (Argentina) y Yamandú Orsi (Uruguay) lideran el ranking con niveles de aprobación por encima del 48%. Cada uno con estrategias dispares, pero todos con un punto en común: una narrativa que conecta con las demandas inmediatas de sus electorados.

Este contraste deja en evidencia que, más allá de las ideologías, la capacidad de comunicar un rumbo claro es fundamental para sostener la legitimidad presidencial en escenarios fragmentados.


Dina Ercilia Boluarte Zegarra es una abogada y política peruana. Desde el 7 de diciembre de 2022, ejerce como presidenta constitucional de la República del Perú.​

¿Hay margen para un giro?

El futuro de Boluarte depende en gran medida de su habilidad para rehacer puentes con la ciudadanía. La construcción de un gabinete técnico con respaldo político, una comunicación más directa y medidas concretas contra la corrupción podrían ser pasos iniciales hacia una recuperación.

No obstante, el tiempo político no está de su lado: con una agenda legislativa paralizada y una oposición dispersa pero vocal, cada decisión mal calculada profundiza su aislamiento.

La caída de Dina 

El caso de Dina Boluarte ilustra cómo la erosión de la legitimidad no siempre viene de un escándalo puntual, sino de una suma de silencios, vacilaciones y desconexión. Hoy, más que una encuesta, lo que se refleja es una alerta política. Si la mandataria no logra recuperar el vínculo con los sectores populares que alguna vez la sostuvieron, su presidencia podría concluir sin dirección ni legado.

En la Sudamérica pospandémica, donde la estabilidad es frágil y los liderazgos son puestos a prueba constantemente, Boluarte enfrenta su prueba más dura: reconstruirse sin haber terminado de consolidarse.