
Billie Eilish, Beyoncé y Eminem fueron los grandes ganadores de una noche que tuvo glamour, pero por sobre todas las cosas mucha música. Los premios más importantes fueron para artistas de la vieja guardia, que tienen más de 20 años en la industria y con varios discos en su haber. Parafraseando a El Eternauta, parece que lo viejo sigue funcionando.
El evento fue producido por Dick Clark Productions y transmitidos desde Las Vegas. Billie Eilish no dejó un premio sin ganar, llevándose los siete a los que estaba nominada, incluyendo artista del año y fue la excepción porque con tan solo 23 años y pocas canciones como hits indiscutidos hizo de esta edición su noche más soñada.
Entre las perlas destacadas se contó con la conducción de Jennifer López después de 10 años sin hacerlo y Janet Jackson reapareció en público después de un largo tiempo para recibir su premio Ícono y cantar dos canciones: "Someone to Call My Lover" y "All for you", para sorprender a los asistentes con su voz.
"Sin ánimo de ofender, no me considero un ícono. Mi familia, yo misma, nuestro sueño nunca fue ser famosa. No nos criaron así. Siempre tuvimos un amor especial por la música, el baile y el canto, y la fama llegó con trabajo duro y dedicación", y agregó, "Mi historia, la historia de mi familia, es verdaderamente una historia estadounidense. Esto solo habría sucedido en Estados Unidos. Lo único que espero es haber inspirado a otros y a artistas para que sigan sus sueños y triunfen".
Otro momento destacado fue el premio a la trayectoria para Rod Stewart, quien lo recibió de mano de cinco de sus hijos y le puso un broche de oro cantando "Forever Young": "Estoy absolutamente atónito, no sabía que mis hijos estaban aquí" y destacó: "Cuando empecé a cantar a principios de los 60, mucho antes de que todos ustedes estuvieran aquí, me adentré en esto porque tenía una ambición ardiente por cantar. Eso era todo lo que quería. No quería ser rico ni famoso, y tantos años después, aquí estoy".