
El bioetanol tuvo un espacio destacado en el Congreso Maizar 2025. Se trata de un biocombustible que se obtiene a partir de procesar maíz o caña de azúcar y se utiliza en el corte obligatorio de naftas. Además del menor impacto ambiental, la producción de este biocombustible representa una gran oportunidad de negocio para estos cultivos. En el caso del maíz, no es lo mismo exportar el cereal en grano -con un valor que no supera los U$S 300 por tonelada- a procesarlo para obtener biocombustible. .
En el marco del evento que congregó a la cadena de valor del cereal, se analizaron distintos aspectos vinculados a la producción del bioetanol. En Argentina, el porcentaje de corte establecido por la Ley 27.460 es de 12%, que se divide en partes iguales entre caña de azúcar y maíz. Si bien tanto los fabricantes de bioetanol como de biodiésel -elaborado en base a aceite de soja y utilizado para el corte en gasoil, con un 7,5%- buscan que estos porcentajes se eleven, por el momento chocan con los porcentajes establecidos en la Ley 27.640, vigente desde agosto de 2021. Este fue unos de los puntos centrales que se discutieron en Maizar.
En uno de los paneles, Antonella Semadeni, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), analizó a fondo la potencialidad del sector y presentó una serie de propuestas para impulsar esta cadena de valor. En este punto, calculó que el sector del bioetanol genera unos 5.125 puestos de trabajo, de los cuales un 57% corresponde al sector primario y el 43% al eslabón industrial.
“El corte de bioetanol en las naftas, ese porcentaje de 12% de biocombustible que usamos todos cuando cargamos aunque muchos no sepan, permite que se sustituya la importación de combustibles fósiles. De esta forma, gracias al etanol estamos ahorrando el gasto del 35% de nafta importada”, explicó.
Desde la entidad, plantearon cuál sería el impacto de pasar el actual 12% de corte a un 27,5%, como tiene Brasil. Entre otros puntos, Semadeni destacó que se podría generar un aporte tributario adicional al equivalente en pesos de U$S 406 millones. Este cambio también permitiría un ahorro en divisas po U$S 750 millones de dólares, junto con la creación de más de 9.000 empleos adicionales y un aumento del valor agregado por unos U$S 300 millones.
Este escenario de mayor corte requeriría una demanda extra de 5,3 millones de toneladas de maíz, equivalentes al 10% de la producción nacional, lo que implica un aumento de 3,4 millones de toneladas respecto del consumo actual. Para abastecer esa demanda, sería necesaria la construcción de 14 nuevas plantas industriales, con efectos esperados sobre las economías regionales a partir de una mayor actividad en pueblos y ciudades del interior del país.
Desde FADA propusieron cuatro políticas públicas principales:
En otro de los paneles del evento, legisladores vinculados al sector agropecuario dieron su mirada sobre la actualidad del bioetanol. En la actualidad, existen dos proyectos de ley para reemplazar a la actual, que establece límites para el corte de naftas con bioetanol y de gasoil con biodiésel elaborado en base a aceite de soja.
La diputada nacional del PRO Belén Avico (Córdoba) recordó que su provincia “produce una de cada tres toneladas de maíz del país y una de cada dos se exporta sin procesar”. De este modo, consideró que “habría que aumentar la productividad para las pymes” y remarcó que “es central ir hacia una nueva ley” y que se está trabajando en “incrementar el mínimo de bioetanol al menos al 15%”.
La legisladora advirtió que “el corte de 12% es un mercado limitado” y que si “las petroleras empiezan a producir, complicaría al mercado”, por lo que consideró “importante aumentar el porcentaje de corte”. También planteó que “el verdadero obstáculo para una nueva ley no está en el bioetanol”, ya que el debate se traba con aspectos vinculados al biodiésel.
“¿No sería más específico avanzar con una ley particular para bioetanol?”, se preguntó, y agregó: “Córdoba no puede darse el lujo de esperar indefinidamente, mientras cuenta con materia prima, voluntad política y capacidad instalada para avanzar”.
El diputado radical por Entre Ríos Atilio Benedetti - que además preside la Comisión de Agricultura en la Cámara Baja- sostuvo que “soy un admirador de lo que ha hecho Brasil. Ha hecho una revolución productiva a partir de una coordinación público-privada”. El legislador consideró que “más allá del trabajo legislativo, es importante la voluntad política del Gobierno nacional”.
En este sentido, sostuvo que “tenemos algunas dificultades”, ya que “el gobierno no considera un problema al cambio climático” y que “las energías renovables son importantes para el cuidado del ambiente, pero el gobierno no lo considera significativo”. En relación al enfoque del oficialismo en materia de biocombustibles, Benedetti explicó que “al Gobierno le gusta desregular y tiene una fuerte apuesta por el desarrollo hidrocarburífero. Creen que la energía limpia viene de la mano del litio”.
Más allá de este escepticismo, adelantó que el Gobierno tiene “voluntad de avanzar en una nueva ley, que aumente del 7% al 10% en biodiésel y del 12 al 15% en bioetanol en un plazo de dos años”.