01/06/2025 - Edición Nº845

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Antes del Mundial de Clubes

El River de Marcelo Gallardo, entre la ilusión y la frustración

29/05/2025 | Se invirtió mucho en refuerzos y fue un equipo irregular. Bien en la Copa Libertadores y mal en el Torneo Apertura.


por Ramiro Solveyra


El Club Atlético River Plate empezó Enero con una expectativa enorme. La llegada de refuerzos de jerarquía renovó la ilusión de los hinchas, que pedían a gritos un cambio tras un 2024 sin objetivos cumplidos. Los regresos de Enzo Pérez, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta y Sebastián Driussi generaron un fuerte entusiasmo tanto en Marcelo Gallardo como en el mundo riverplatense. No era para menos: los cuatro estuvieron en el ciclo más exitoso de la historia moderna y levantaron títulos importantes.

Durante el verano, muchos medios hablaron del “Dream Team” o “el equipo de los campeones del mundo”, en referencia al arribo de Montiel, que se sumaba a Germán Pezzella, Franco Armani y Marcos Acuña, todos campeones con la selección argentina en el Mundial de Qatar 2022. Otro punto a favor, fue que la mayoría de los refuerzos —con excepción de Kevin Castaño y Driussi— llegaron en tiempo y forma.

Algo poco habitual en los últimos mercados de pases, donde muchas incorporaciones se sumaban con el torneo ya iniciado y sin realizar la pretemporada. Esta vez, casi todos participaron desde el inicio en San Martín de los Andes, y hubo una presentación ante 85 mil personas en el Monumental, con un amistoso frente a la selección de México.

Sin embargo, el rendimiento no acompañó las expectativas. River tuvo un arranque flojo, sin funcionamiento colectivo ni fluidez ofensiva. En 16 partidos marcó apenas 14 goles, el peor promedio de su historia (0,87 por partido). Un registro inédito para el club más goleador del fútbol argentino, que lleva 8.769 goles en 4.876 partidos oficiales, y que solo en cinco temporadas promedió menos de un gol por encuentro.


Sebastián Driussi grita un gol para River.

La primera gran decepción llegó en la Supercopa Internacional frente a Talleres de Córdoba, en Paraguay. Derrota por penales tras un rendimiento muy pobre. Al día siguiente, varios medios filtraron versiones sobre actitudes poco profesionales de algunos referentes durante la previa. La reacción del hincha no se hizo esperar: en la cancha y en redes sociales empezaron las críticas. Los más apuntados fueron Manuel Lanzini, Santiago Simón y Miguel Borja.

Pero en la Copa Libertadores apareció la mística de Gallardo. River ganó en Lima, empató ante Barcelona en casa y rescató un punto en Quito, donde pudo haber sufrido una goleada. Luego llegó el superclásico: victoria ante Boca con golazos de Mastantuono y Driussi. Otro técnico de la vereda de enfrente que caía frente al "Muñeco": aquella vez, Fernando Gago.

Ese triunfo pareció marcar un quiebre. El equipo encontró funcionamiento, y encadenó victorias: Barcelona en Guayaquil, Independiente del Valle, Vélez y Barracas Central en el Monumental. En esa racha, volvió a ser influyente Ignacio Fernández, como en las viejas épocas. Castaño empezó a justificar los 13 millones de dólares y Driussi no paró de hacer goles.

Hasta que apareció Platense en cuartos de final. Al igual que en la final perdida, volvió a caer por penales y jugó noventa minutos espantosos. La derrota caló hondo y la defensa volvió a estar bajo el ojo de la tormenta. Afectado por lo sucedido, el conjunto de Núñez nuevamente empató de local frente al humilde Universitario de Lima, dejando pasar la posibilidad de quedar como el segundo mejor primero detrás del poderoso Palmeiras.


River tiene por delante un duro Mundial de Clubes en Estados Unidos.

Gallardo, el técnico más ganador de la historia de River, tiene mucho trabajo por delante. En menos de un mes deberá debutar en el Mundial de Clubes en Estados Unidos. La defensa es el sector más vulnerable: ni Martínez Quarta, González Pírez, Pezzella ni Paulo Díaz logran transmitir seguridad. En el lateral izquierdo, Acuña y Casco están lejos de su mejor versión. Montiel es el único titular indiscutido.

En el mediocampo abundan las dudas. Enzo Pérez y Nacho Fernández ya no tienen el físico para sostener 90 minutos de intensidad. River deberá buscar un volante central que pueda ser alternativa real, o probar variantes como Galloppo o Aliendro. Cabe destacar, el gran nivel del colombiano Castaño, que se ganó un lugar como titular indiscutido.

En la fase ofensiva, Mastantuono es el As de espadas que tiene este equipo. Fue el mejor del semestre y es la promesa más importante del continente. Siguiendo con los atacantes, tanto Driussi como Colidio fueron de menor a mayor en su nivel,  pero ninguno de los dos terminó de convencer a la totalidad del público millonario. Borja bajó notoriamente su nivel y Tapia emigrará en las próximas semanas. Es urgente sumar un delantero de jerarquía para el torneo que organiza la FIFA.

River necesita dar un golpe de efecto tras este semestre decepcionante. La revancha tendrá su primer capítulo el 17 de junio, en Seattle, ante el Urawa Red Diamonds por la primera fecha del Mundial de Clubes.

 

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