
México ha solicitado adelantar la revisión formal del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) a septiembre de 2025, un año antes de lo establecido. La decisión apunta a reducir la incertidumbre generada por la política comercial de Donald Trump y frenar la caída del 21% en la inversión extranjera durante el primer trimestre del año.
La revisión anticipada busca ofrecer claridad a empresas e inversionistas, que enfrentan dudas sobre la estabilidad de las reglas comerciales en América del Norte. La alta dependencia de México respecto a EE. UU. —más del 80 % de sus exportaciones se dirigen a ese país— obliga a una respuesta ágil ante los cambios en Washington.
Desde su retorno a la presidencia, Donald Trump ha intensificado su postura proteccionista. A pesar de excluir a México de algunos aranceles globales, ha impuesto medidas sobre sectores clave como el automotriz, el acero y el aluminio, afectando las cadenas de suministro trilaterales.
Trump también ha planteado renegociar partes del T-MEC, buscando condiciones más ventajosas para EE. UU. El gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, busca adelantarse a posibles tensiones mayores y preservar los beneficios actuales del tratado.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, señaló que la revisión podría comenzar entre septiembre y octubre. El objetivo es proteger el acuerdo y brindar señales de estabilidad a los mercados.
La revisión funcionaría como herramienta para garantizar certeza jurídica y comercial a los inversionistas. En un entorno volátil, blindar el T-MEC es clave para mantener a México como socio atractivo en la región.
Industria automotriz sí aprovecha el T-MEC para exportar hacia EU: Banxico
— Pro impexp (@pro_impexp) May 30, 2025
“Banxico informó que, durante 2024, 94.5% de camiones, 82.4%% de autos y más de la mitad de autopartes que México exportó hacia Estados Unidos utilizaron el T-MEC”.https://t.co/3nrw6IKGyC
El T-MEC ha favorecido la integración económica, pero las fricciones políticas amenazan su continuidad. La incertidumbre sobre la postura de EE. UU. en 2026 inquieta a sectores estratégicos, como manufactura, energía y farmacéutica.
La estrategia de México es pragmática: adelantar el diálogo antes del endurecimiento electoral en EE. UU.. La cuestión ya no es si habrá tensiones, sino si México estará preparado para defender su modelo de apertura.
Anticipar la revisión del T-MEC es una jugada de diplomacia económica proactiva, en un contexto de volatilidad. México no espera, actúa, reforzando su rol como socio con iniciativa regional.
Si se gestiona con firmeza, el adelanto evitaría fuga de capital y consolidaría a México como socio confiable. En tiempos donde los tratados ya no son garantía, ganar tiempo es ganar estabilidad.