
Juan José Benavides Velasco, presunto fundador del esquema fraudulento Daily Cop, es ahora objetivo de una alerta roja de Interpol. La Justicia colombiana lo acusa de haber estafado a más de 150 inversionistas mediante la promesa de rendimientos mensuales del 12%. Las autoridades afirman que los fondos recaudados se usaron para compras de lujo y actividades de lavado de dinero.
La Fiscalía de Colombia solicitó su captura tras reunir pruebas sólidas del fraude. Benavides abandonó el país en 2022 y desde entonces su paradero es desconocido. La orden fue emitida por un juez de Cali y su nombre fue elevado a Interpol con la esperanza de lograr su extradición desde el país donde se encuentre.
El caso adquiere una dimensión mayor con la sospecha de que parte del dinero de Daily Cop pudo haberse usado para financiar la campaña presidencial de Gustavo Petro. Ómar Hernández Doux-Ruisseau, CEO de Spartan Hill, declaró que los fondos defraudados habrían financiado viajes de campaña, coordinados con el exembajador Armando Benedetti.
Esta denuncia añade presión política al gobierno colombiano, al plantear dudas sobre el origen de los recursos en una de las campañas más importantes de la última década. El escándalo podría erosionar la legitimidad institucional si se confirma el vínculo entre estafa y política.
En contraste, Guatemala avanza hacia la formalización del ecosistema cripto. La congresista Shirley Rivera presentó una "Ley de Criptomonedas" que busca regular el uso de criptoactivos en el país centroamericano. La iniciativa reconoce los activos digitales como forma de pago voluntaria y propone mecanismos para garantizar su transparencia.
La legislación incluye medidas de protección al consumidor, prevención de fraudes y educación financiera, así como incentivos para el uso de stablecoins respaldadas por el quetzal o el dólar estadounidense. Rivera defiende la propuesta como un paso clave hacia la modernización del sistema financiero nacional.
Mientras Colombia enfrenta las consecuencias del descontrol y el fraude, Guatemala apuesta por regular y capitalizar las oportunidades del universo cripto. Esta dualidad refleja un momento decisivo para Latinoamérica respecto a las monedas digitales: entre su potencial transformador y los riesgos inherentes.
Las criptomonedas seguirán generando titulares en la región, y todo indica que la batalla será entre quienes las usan como herramientas de desarrollo y quienes las aprovechan para defraudar.
El caso Daily Cop en Colombia evidencia la urgencia de establecer marcos regulatorios sólidos para el uso de criptomonedas. La falta de supervisión facilita esquemas piramidales que arruinan la vida de cientos de personas y debilitan la confianza en la innovación financiera.
En cambio, iniciativas como la de Guatemala ofrecen un camino alternativo: una adopción tecnológica acompañada de normas claras, educación y control institucional. La clave no está en prohibir ni celebrar ciegamente, sino en construir sistemas que permitan aprovechar el potencial sin caer en la estafa.