Un joven policía resistió un robo, mató a un ladrón y terminó muerto

El barrio Nuestra Señora de Caacué, en la localidad de José C. Paz, fue escenario de un enfrentamiento armado que terminó con la vida de un joven agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El hecho ocurrió cerca de las 2.30 de la madrugada del domingo, cuando Maximiliano Leguizamón, de 26 años, fue interceptado por al menos un delincuente armado mientras caminaba junto a tres allegados hacia un kiosco.

Leguizamón, que se encontraba de franco y de civil, prestaba servicio en la División Táctica de Pacificación III. Según los primeros reportes oficiales, al ser sorprendido por un hombre armado que llegó en bicicleta, se identificó como policía y comenzó un tiroteo cuya secuencia aún está siendo reconstruida por los investigadores.

Uno de los disparos impactó en la zona de la ingle del agente, quien fue rápidamente asistido por una ambulancia del SAME tras el aviso de vecinos que escucharon las detonaciones. Fue trasladado de urgencia al Hospital Mercante, donde falleció mientras era intervenido quirúrgicamente.

En el lugar también murió el supuesto agresor, identificado como Josías Gabriel Suárez, de 30 años, quien tenía un pedido de captura vigente desde 2016 por robo agravado. Fue alcanzado por una bala proveniente del arma reglamentaria de Leguizamón, una Beretta PX4 Storm, que quedó secuestrada por orden de la Justicia.

La investigación quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 21 de Malvinas Argentinas, a cargo de la fiscal Marisa Marino, quien dispuso que las pericias sean llevadas a cabo por Gendarmería Nacional. En la escena del crimen se hallaron varias vainas servidas, pero no se encontró el arma que habría usado el agresor, lo que abre interrogantes sobre si fue retirada por un cómplice.

La posibilidad de que Suárez no haya actuado solo es una de las principales líneas de investigación. La Policía Bonaerense desplegó un operativo cerrojo en los alrededores, pero hasta el momento no se reportaron detenciones. También se ordenó el relevamiento de cámaras de seguridad en la zona y la toma de declaraciones a testigos y familiares del agente.

La muerte de Leguizamón, que llevaba pocos años en la fuerza, generó conmoción en el cuerpo policial y entre sus compañeros, que destacaron su compromiso profesional. 

LN