05/06/2025 - Edición Nº849

Internacionales

Asfixia fiscal

Venezuela somete al sector privado tras fracaso petrolero y el golpe de Estados Unidos

03/06/2025 | El chavismo responde a la caída de ingresos por sanciones con una ofensiva tributaria.



Con la salida de Chevron y las nuevas restricciones impuestas por Estados Unidos, el régimen de Nicolás Maduro enfrenta una caída significativa en sus ingresos petroleros. En vez de replantear su modelo extractivista o buscar canales de apertura, ha decidido redoblar su carga sobre el sector privado. En 2024, el país obtuvo 15.000 millones de dólares en ingresos petroleros; este año, se espera una caída de al menos 30%. La respuesta oficial no fue austeridad ni reformas estructurales, sino una embestida fiscal sin precedentes.

Los datos hablan por sí solos. Desde febrero, las autoridades fiscales han incrementado auditorías, multas, pagos adelantados y aranceles encubiertos en servicios. Empresas privadas denuncian incrementos abusivos en tarifas públicas, exigencias tributarias desproporcionadas y una persecución constante por parte de organismos oficiales. Lejos de incentivar la producción nacional para compensar la pérdida de ingresos externos, el gobierno parece dispuesto a sacrificar el tejido empresarial en el altar de su supervivencia política.

Empresarios bajo ataque y cifras alarmantes

El 77% de las industrias encuestadas por Conindustria señala la presión fiscal como el principal obstáculo para producir. A esto se suma una inflación desbocada, que podría cerrar 2025 en torno al 200%, según estimaciones privadas. Es decir, además de pagar más impuestos, los empresarios deben lidiar con el encarecimiento de insumos, la caída de la demanda interna y un entorno regulatorio inestable.

Lejos de constituir una política económica racional, el paquetazo fiscal chavista se parece más a una expoliación disfrazada. Luis Bárcenas, economista independiente, calcula que el Estado podría apropiarse de hasta el 50% de las ganancias del sector privado este año, una cifra insostenible para una economía devastada por años de controles y expropiaciones.

Populismo fiscal y consecuencias previsibles

Esta estrategia no es nueva, pero sí es más agresiva que nunca. Frente al agotamiento de la renta petrolera, el chavismo acude a su viejo reflejo: exprimir al único sector que aún respira. Esta "economía de guerra" impuesta al sector privado no hará más que acelerar la desindustrialización, aumentar la informalidad y perpetuar la dependencia del Estado.

Venezuela no está apostando al futuro, sino al control. La arremetida fiscal actual es un intento desesperado por sostener un modelo fallido. Pero lo único que logra es sembrar más ruina donde antes había iniciativa. Sin un giro real hacia la libertad económica, lo que queda del aparato productivo está condenado a extinguirse.