
No fueron pocos los que pensaron que después de la muerte de Charlie Watts, los Rolling Stones deberían haberse separado. ¿Con Mick Jagger y Keith Richards vivos?, si. Watts era el motorcito de la banda, el que llevaba el pulso, el verdadero corazón sin egos y un referente tanto adentro como afuera.
Su humildad y bajo perfil lo transformaban en una pieza clave dentro de los Stones: "Han pasado años y años que he estado tocando la batería, y todavía son un desafío. Todavía disfruto usando baquetas y una caja", dijo alguna vez, como para dimensionar lo que significaba estar cuidando el fondo del escenario en cientos de oportunidades.
Según declaraciones de Jagger y Richards, Watts era el verdadero líder de la banda, y a pesar de no figurar nunca en los sitios más escandalosos ni poseer un estilo grandilocuente para ejecutar su instrumento, era reconocido por sus pares y los medios especializados. En 2016, ocupó el puesto 12 en la lista de los "100 mejores bateristas de todos los tiempos" de la revista Rolling Stone.
"Cuando la gente habla de los años 60, nunca creo que fui yo. Era yo y estaba en eso, pero nunca me enamoré de todo eso. Se supone que es sexo, drogas y rock and roll y yo no soy así. Realmente nunca he visto a los Rolling Stones como algo", dijo Watts, y ese estilo de vida lo conservó lúcido hasta pocos meses antes de su muerte, donde tuvo que abandonar el escenario, su habitat natural.
Thinking of you Charlie - happy birthday, Love Mick pic.twitter.com/jPJAwyDQAy
— Mick Jagger (@MickJagger) June 2, 2025
Charlie Watts fue un verdadero caballero, de esos que la nobleza destaca por su hidalguía y palabra, el que sabe ponerse atrás pero no por ser menos, sino para cuidar a los demás. No tenia una espada pero si dos palillos que hacía sonar con una exactitud quirúrgica, él fue el dueño del ritmo de la banda más importante de la historia del rock ¿Les parece poco?