A una década de la primera marcha de "Ni Una Menos": un grito que transformó la historia

Tras una alarmante ola de femicidios, aquel 3 de junio de 2015, reunió a cientos de miles de personas en diferentes rincones del país, con un mensaje contundente: no más violencia ni asesinatos por razones de género.

Lo que en un principio fue una respuesta urgente impulsada por comunicadoras, militantes, artistas y ciudadanas indignadas, se transformó en un movimiento social, político y cultural con proyección continental. La consigna "Ni Una Menos" pasó de ser una denuncia a constituirse en una identidad colectiva, una causa común sostenida por millones de mujeres y diversidades sexuales a lo largo del continente.

Durante esta década, el movimiento consiguió poner en primer plano una problemática estructural, reclamar políticas públicas, tejer redes de apoyo y, sobre todo, mantener la presencia en las calles como forma de resistencia y reivindicación. Se alcanzaron conquistas clave como la Ley de Paridad de Género, la Ley Micaela, y la despenalización del aborto en 2020, entre otras iniciativas impulsadas por el feminismo organizado.

No obstante, es necesario subrayar que, de acuerdo a datos oficiales y relevamientos de organizaciones no gubernamentales, los femicidios y transfemicidios siguen ocurriendo con preocupante frecuencia. Se lograron muchos y muy importantes avances, pero la respuesta institucional en términos de prevención, protección y acceso a la justicia continúa siendo una cuestión a profundizar y mejorar. La consigna, "Ni una Menos", sigue simbolizando una lucha con preocupante actualidad y continuidad.