
La elección en Rosario del próximo 29 de junio representa un desafío crucial para la alianza oficialista Unidos para Cambiar Santa Fe. Si bien el oficialismo tiene esperanzas de revertir la situación, las proyecciones preliminares no son del todo favorables. En algunos cálculos, se habla de un posible tercer puesto, lo que aumentaría la presión interna en la coalición. A medida que la campaña avanza, la alianza comienza a pensar en el día después, con la certeza de que si el resultado no es favorable, se enfrentarán a una lluvia de culpas y revisiones.
A la cabeza de la lista, Carolina Labayru, quien fue elegida por el intendente Pablo Javkin, busca recuperar terreno perdido en una ciudad históricamente compleja para el oficialismo.
La campaña de Labayru, que tiene a Javkin al mando, enfrenta dos retos: por un lado, competir con el libertario Juan Pedro Aleart, y por otro, luchar contra Juan Monteverde, el principal adversario de Javkin. La gran pregunta es si el voto del oficialismo en Rosario será principalmente antiperonista, lo que podría llevar a una campaña más agresiva, como la que se adoptó en 2023.
El gobernador Maximiliano Pullaro también está atento al desarrollo de la elección, consciente de que Rosario es una ciudad clave. Si bien Pullaro no tiene un jugador fuerte en la ciudad, ha destinado grandes recursos a seguridad y obra pública para devolverle a Rosario la paz y la infraestructura que alguna vez tuvo. En los próximos días, el gobierno provincial lanzará una campaña de vía pública para resaltar estos logros y contrarrestar la presión sobre el oficialismo rosarino.
Con el 29J como fecha clave, desde la Casa Gris ya se piensa en el día siguiente, con la intención de contribuir al fortalecimiento del municipio. En los pasillos del gobierno provincial se reconoce que la gestión de Javkin, especialmente en lo relativo a los servicios públicos, podría necesitar apoyo externo. Funcionarios provinciales ya han expresado la necesidad de intervenir en la administración local para asegurar que el Ejecutivo recupere la iniciativa antes de fin de año.
Pablo Javkin, aunque aún no tiene claro su futuro político sin la posibilidad de un tercer mandato, es un actor esencial en el destino de Unidos en Rosario. Mientras tanto, el oficialismo trabaja en la definición de posibles candidatos para sucederlo en 2027. La incertidumbre gira en torno a si el futuro líder será un funcionario del círculo de Javkin o un outsider, como el senador Ciro Seisas, cuya figura ha ganado fuerza en el entorno del gobernador.
Cualquiera sea el resultado del 29J, el oficialismo no se dará por vencido fácilmente. Si bien la campaña de Labayru ha arrancado en desventaja, Unidos para Cambiar Santa Fe tiene claro que no regalará Rosario a la oposición sin dar la pelea. A partir de julio, el oficialismo deberá tomar decisiones clave, y lo que pase después de la elección será determinante para la estructura política de la ciudad y la coalición.