
Como bien se sabe, el mate es más que una bebida: es un ritual cotidiano, un símbolo de identidad nacional y una pasión compartida. En ese sentido, la yerba mate, protagonista indiscutida de esta tradición, atraviesa un momento de evolución que impulsa nuevas formas de consumo, negocios y también educación. En este contexto, surge la Escuela Argentina de Yerba Mate, una institución pionera que busca profesionalizar el mundo del mate desde una mirada integral.
Con más de 400 marcas en las góndolas y más de 2.200 registradas en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), la industria yerbatera experimenta una sofisticación que recuerda al camino recorrido por el vino: desde la cata, los perfiles de sabor y aroma, hasta el marketing especializado. En este escenario, la Escuela propone una formación pensada tanto para profesionales del sector como para aficionados que quieran profundizar su vínculo con la infusión más emblemática del país.
“La yerba mate está en plena transformación. No solo se expande como producto, también demanda conocimiento: saber de estacionamiento, de composición, de orígenes. Por eso formamos profesionales que puedan acompañar este proceso con herramientas concretas”, explica Liliana Venerucci, directora ejecutiva de las Diplomaturas Universitarias de Yerba Mate, certificadas por la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
Los programas de formación incluyen Diplomaturas Universitarias en Sommelier de Yerba Mate, Yerba Mate Blender y Marketing de Yerba Mate, pensadas para quienes buscan emprender, innovar o sumar valor en la cadena productiva. Además, se dictan cursos cortos para quienes desean aprender más sin profesionalizarse, con una modalidad online y asincrónica.
Detrás del proyecto están Liliana Venerucci y Diego Morlachetti, también fundadores de la Escuela Argentina de Té. Desde 2020 vienen trabajando en una metodología que conecta la tradición con la innovación. Ambos han desarrollado productos de yerbas compuestas para el mercado europeo, brindado conferencias internacionales y dictado cursos en distintos países, incluyendo México, Estados Unidos, India y China.
“Cada cebadura es un abrazo compartido, un puente entre culturas. Nuestro objetivo es acompañar a la yerba mate en su viaje global, sin perder su corazón argentino”, señalan los fundadores, convencidos de que el futuro del mate también se construye con educación.
Mientras el mundo empieza a descubrir las virtudes de esta bebida ancestral, Argentina da un paso clave para posicionarla como un producto de calidad, con historia, identidad y, ahora también, formación profesional.