
La política neerlandesa vivió un giro trascendental. Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), anunció la retirada de su formación de la coalición de gobierno, provocando la caída del ejecutivo liderado por Dick Schoof. La causa inmediata fue el rechazo de sus socios al plan de endurecimiento migratorio, un conjunto de diez medidas orientadas a restringir el asilo y reforzar el control fronterizo.
Wilders calificó la negativa como una "traición al mandato popular" y reafirmó su compromiso con la seguridad nacional y la defensa de los valores neerlandeses. Para sus simpatizantes, el gesto reafirma que el PVV no está dispuesto a sacrificar principios por acuerdos burocráticos.
El plan presentado por Wilders incluía medidas como la suspensión del asilo para refugiados sirios, el cierre temporal de fronteras y la revisión de los convenios internacionales en materia migratoria. Aunque controvertido para sectores progresistas, el programa fue respaldado por una parte considerable del electorado que exige un cambio real en las políticas migratorias.
Wilders sostiene que Países Bajos enfrenta una crisis de identidad y cohesión social y que es el momento de priorizar a sus ciudadanos frente a la presión migratoria. Asegura que su proyecto no es xenófobo, sino “realista, justo y orientado al bien común”.
Tras las elecciones de noviembre de 2023, el PVV emergió como la fuerza más votada con 37 escaños, y formó gobierno junto al VVD (liberales), el NSC (centro reformista) y el BBB (agrarismo). Desde el inicio, las tensiones sobre el enfoque migratorio eran latentes, y el nombramiento de Dick Schoof como primer ministro técnico buscaba precisamente calmar las aguas.
Sin embargo, la negativa de sus socios a adoptar el plan de Wilders fue interpretada como un desconocimiento del mandato popular que legitimó al PVV como fuerza mayoritaria. La coalición, sostenida en equilibrios precarios, no resistió la presión.
🇳🇱 | AHORA: El gobierno holandés se derrumbó luego de que Geert Wilders abandonara la coalición debido al estancamiento del progreso en materia de asilo y migración. pic.twitter.com/CD2n78fFzq
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) June 3, 2025
Pese a la caída del gobierno, la figura de Geert Wilders sale fortalecida. Su decisión ha sido percibida como un acto de coherencia y firmeza por sus bases. No solo denuncia la inacción de sus antiguos socios, sino que se posiciona como único defensor consecuente de una agenda migratoria soberana.
El discurso de Wilders resuena con fuerza en sectores populares y rurales, donde se percibe al Estado como alejado de las preocupaciones reales. Su estilo directo y su capacidad para romper con el establishment siguen atrayendo votantes que exigen reformas profundas.
Un nuevo escenario electoral
Con la caída del gobierno, se convocarán elecciones anticipadas en los próximos tres meses. El PVV buscará capitalizar el momento y ampliar su base electoral. Las encuestas iniciales indican que Wilders podría mejorar su desempeño electoral si logra movilizar el malestar social acumulado.
Los próximos comicios podrían convertirse en un plebiscito sobre la inmigración, con el PVV enfrentando a una oposición fragmentada y defensiva. Wilders apuesta a que esta vez podrá gobernar con una mayoría más alineada con su visión.
EXCLUSIEF: Geert Wilders over de kabinetsval https://t.co/uIt0HwnPHp
— GeenStijl (@geenstijl) June 3, 2025
Lo sucedido en Países Bajos plantea una tensión profunda: ¿es sostenible una coalición cuando las diferencias programáticas son irreconciliables? Wilders ha demostrado que no está dispuesto a diluir su agenda en nombre de una unidad formal.
Lejos de una derrota, su salida del gobierno abre una etapa de reconfiguración política donde las demandas de orden, seguridad y soberanía ya no pueden ser marginalizadas. En esa batalla, Geert Wilders parece más decidido que nunca a liderar el cambio.