
Hugo Aguilar Ortiz, abogado mixteco originario de San Agustín Tlacotepec, Oaxaca, se convirtió en el primer indígena en presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desde Benito Juárez. Su elección, respaldada por más de seis millones de votos, marca un hito simbólico y político en la historia del poder judicial mexicano.
El nuevo presidente fue electo en la primera elección judicial abierta al voto popular, implementada tras una reforma constitucional impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Con una participación del 13%, el proceso ha sido aclamado por su carácter democrático, aunque también ha suscitado críticas por su legitimidad y por la influencia de Morena sobre el sistema judicial.
Aguilar, de 52 años, es licenciado en Derecho y maestro en Derecho Constitucional por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Su trayectoria incluye años de trabajo como defensor de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos, lo que cimentó su reconocimiento entre sectores activistas y académicos.
Durante los años noventa, participó como asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en los históricos diálogos de San Andrés Larráinzar. Posteriormente, ocupó cargos clave en la Subsecretaría de Derechos Indígenas de Oaxaca y en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Durante su campaña, Aguilar promovió una justicia con enfoque comunitario, defendiendo una visión intercultural del derecho que reconozca los sistemas normativos indígenas. En sus palabras, la justicia mexicana debe "romper con la excesiva formalidad y abrir espacio a la colectividad".
Propuso reformas para acercar el sistema judicial a las comunidades marginadas y fortalecer los mecanismos de consulta previa en territorios indígenas. También incluyó en su agenda la mejora del acceso a la justicia para mujeres indígenas y la protección de defensores comunitarios.
A pesar de su perfil de lucha social, Aguilar ha enfrentado críticas por su participación en procesos gubernamentales de consulta sobre megaproyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo, donde fue acusado de no defender con suficiente firmeza los derechos indígenas frente al avance estatal.
Asimismo, organizaciones civiles han señalado omisiones ante denuncias de violaciones a derechos humanos durante su paso por el INPI. No obstante, su elección ha sido interpretada por muchos como un triunfo simbólico de la inclusión y la representación indígena dentro del aparato estatal.
Suprema Corte de México tendrá mayoría afín al oficialismo
— DW Español (@dw_espanol) June 3, 2025
Escrutado el 87% de los sufragios, los más votados son candidatos propuestos por el gobierno y el Congreso, dominados por la coalición de izquierda. (jc)https://t.co/sZ42ybzP5d
El ascenso de Hugo Aguilar a la SCJN redefine la imagen de la justicia en México. Por primera vez en más de un siglo y medio, un hombre de origen indígena lidera la máxima instancia judicial del país, con una agenda centrada en el respeto a la diversidad cultural y el pluralismo legal.
Su mandato inicia en un contexto crítico para la institucionalidad del país, con tensiones entre los poderes del Estado y un creciente debate sobre la independencia judicial. Su principal reto será preservar la autonomía de la Corte frente a un escenario político cada vez más polarizado y una ciudadanía más exigente.
La llegada de Hugo Aguilar a la SCJN representa tanto un cambio simbólico como estructural en el sistema judicial mexicano. Es un gesto de inclusión, pero también una prueba de fuego para la independencia del Poder Judicial frente a intereses partidarios. Si Aguilar logra equilibrar su legado comunitario con la complejidad institucional de la Corte, podrá marcar el inicio de una nueva era para la justicia en México.