
El aumento de las tarifas de internet en Cuba desató una ola de indignación en sectores universitarios, marcando un nuevo episodio de descontento popular hacia el gobierno de Miguel Díaz-Canel. El epicentro de las protestas se situó en la Universidad de La Habana, donde cientos de estudiantes rechazaron el reciente esquema de precios propuesto por la empresa estatal ETECSA.
La nueva tarifa, que establece 6 GB de datos por 360 pesos cubanos (menos de un dólar en el mercado informal), se considera insuficiente para las necesidades académicas. El promedio de consumo mensual en el país es de 10 GB, y cada GB adicional cuesta más de lo que muchos pueden pagar: 3.360 pesos por solo 3 GB, una cifra que supera ampliamente el salario mínimo mensual de 2.100 pesos.
La reacción fue inmediata. Departamentos de la Universidad de La Habana convocaron a boicots de clases como forma de presión, aunque la asistencia fue alta en los primeros días. Sin embargo, la amenaza de huelgas persiste. Los estudiantes denuncian que el acceso a internet ya no es un lujo sino una necesidad básica, especialmente para cursar carreras que exigen conectividad permanente.
El movimiento estudiantil, aunque aún contenido, representa uno de los pocos focos de organización juvenil independiente que han logrado visibilidad en la isla. A diferencia de otras manifestaciones reprimidas, esta protesta ha sido imposible de ocultar para las autoridades universitarias y ha ganado atención en redes sociales y medios internacionales.
ESTO ES HISTÓRICO 🇨🇺
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) June 4, 2025
Por primera vez en MÁS DE 60 AÑOS, la Universidad de La Habana convoca a un PARO ESTUDIANTIL.
Todo el movimiento universitario en Cuba se declara en pie de lucha contra la dictadura.
NO LOS DEJEMOS SOLOS. NECESITAMOS COMPARTIRLO!pic.twitter.com/lKTeFY0yWs
Detrás del enojo por las tarifas está el malestar estructural con la conducción del gobierno. Díaz-Canel enfrenta una de las crisis económicas más graves desde el Período Especial, agravada por la inflación, la escasez de productos básicos y ahora, por decisiones impopulares como los aumentos tarifarios. ETECSA, como monopolio estatal, refleja el fracaso del modelo centralizado que impide una verdadera competencia y limita el acceso a bienes esenciales.
Mientras el gobierno insiste en que los fondos recaudados por ETECSA se destinarán a modernizar la infraestructura digital del país, los estudiantes y analistas señalan que los fondos no han tenido un impacto visible. La velocidad del internet sigue siendo baja, las interrupciones frecuentes, y los precios inaccesibles para la mayoría.
Aunque las autoridades universitarias han reconocido el "derecho a expresarse", se ha advertido extraoficialmente que los paros podrían acarrear sanciones disciplinarias o incluso expulsiones, una práctica habitual en Cuba para contener la disidencia.
Este nuevo episodio demuestra cómo incluso sectores tradicionalmente alineados con el sistema, como los estudiantes universitarios, están comenzando a desafiar al poder. Las medidas económicas impopulares están acelerando la ruptura entre la juventud y el proyecto revolucionario.
La universidad de la Habana hoy, vacía, fotos de @CubanetNoticias pic.twitter.com/nHmJ3IRRsr
— Juan Carlos Peiro Fdez (@cubanolibre48) June 4, 2025
El conflicto por las tarifas de internet es solo la punta del iceberg. La protesta universitaria expone el deterioro de la legitimidad del gobierno de Díaz-Canel entre los jóvenes, quienes ya no encuentran respuestas en el discurso oficialista. La combinación de crisis económica, aislamiento tecnológico y represión suave podría derivar en nuevas movilizaciones.
Aunque el Estado mantiene el control formal, las grietas en su base social se hacen cada vez más visibles. La juventud cubana no solo pide internet más barato: exige un cambio de rumbo.