
En un contexto de crecientes tensiones internacionales, el encuentro entre Wang Yi, máximo responsable diplomático de China, y Yohei Kono, presidente de la Asociación Japonesa para la Promoción del Comercio Internacional (JAPIT), envió un mensaje claro: el libre comercio y el diálogo siguen siendo pilares fundamentales para la estabilidad regional.
El encuentro se produjo en medio de disputas comerciales entre potencias occidentales y el sudeste asiático, lo que le dio un peso especial a la reafirmación del compromiso chino-japonés con una arquitectura abierta e inclusiva del comercio internacional.
Wang Yi elogió la labor histórica de Kono en favor de los vínculos sino-japoneses, y expresó su respaldo a los intercambios económicos y culturales como herramienta para preservar la paz y el entendimiento. Subrayó que, en un mundo fragmentado, las relaciones bilaterales deben estar guiadas por la memoria histórica, pero orientadas hacia la cooperación futura.
Por su parte, Yohei Kono defendió con firmeza el rol de JAPIT como facilitador del comercio y la inversión entre ambos países. “La historia no debe olvidarse ni negarse, pero tampoco debe usarse como excusa para detener el desarrollo compartido”, afirmó. Reafirmó que Japón tiene la responsabilidad de mantener canales abiertos de diálogo, incluso con países con los que ha tenido diferencias profundas.
El eje del encuentro fue la necesidad de proteger el sistema de comercio multilateral, actualmente amenazado por medidas proteccionistas y restricciones geopolíticas. Tanto China como Japón son piezas clave del sistema económico del este asiático, y su cooperación fluida puede tener un efecto de amortiguación frente a los vaivenes globales.
En este sentido, ambas partes coincidieron en fortalecer las plataformas regionales como RCEP (Acuerdo Regional de Asociación Económica Integral) y avanzar en el respeto mutuo, las normas comunes y la libre circulación de bienes, servicios y tecnología.
En tiempos donde abundan los discursos de confrontación, el acercamiento entre Japón y China representa una apuesta por la diplomacia económica, la memoria responsable y el desarrollo conjunto. Defender el libre comercio no es un acto ideológico, sino una herramienta práctica para sostener la paz y el crecimiento inclusivo en una región estratégica del planeta.
Aunque persisten diferencias políticas, el compromiso renovado de ambas potencias asiáticas con la cooperación económica sugiere que el comercio aún puede ser un puente más fuerte que la discordia.