Trump revoca beneficios fiscales a diplomáticos colombianos en Estados Unidos

La administración de Donald Trump anunció la revocación de los beneficios fiscales que amparaban a los diplomáticos colombianos acreditados en Estados Unidos. Desde el 16 de junio de 2025, estos funcionarios deberán pagar impuestos como cualquier ciudadano, perdiendo el derecho a exenciones en compras, servicios e importación de bienes personales. La disposición afecta al embajador Daniel García Peña y a todo el personal consular colombiano.

Según el Departamento de Estado, la decisión responde a la falta de reciprocidad del gobierno de Gustavo Petro, cuya normativa de 2014 contemplaba beneficios similares para los diplomáticos estadounidenses, pero cuya implementación se ha visto entorpecida por obstáculos burocráticos. A pesar de una solicitud formal enviada el 30 de abril, el gobierno colombiano no emitió respuesta en más de un mes.

Impacto fiscal y operativo en las misiones diplomáticas

Con esta nueva medida, los diplomáticos colombianos ya no podrán utilizar la tarjeta de exención emitida por la Oficina de Misiones Extranjeras (OFM), lo que encarecerá significativamente su vida diaria en ciudades como Nueva York (8,75 % de impuesto sobre ventas), Washington (10,75 %) y Miami (7 %). La medida, antes considerada un gesto estándar de cortesía diplomática, ahora se convierte en un símbolo del enfriamiento entre ambos gobiernos.

Este cambio genera también incertidumbre sobre la operatividad financiera de las misiones diplomáticas colombianas, especialmente respecto a la adquisición de insumos oficiales y la manutención del personal. Expertos advierten que esto podría desincentivar el envío de nuevos funcionarios a suelo estadounidense y tensionar los canales diplomáticos tradicionales.

Parte de una escalada diplomática más amplia

Esta acción se suma a una serie de medidas recientes adoptadas por Estados Unidos contra el gobierno de Petro. En enero de 2025, Bogotá prohibió el aterrizaje de dos aviones militares estadounidenses que transportaban ciudadanos colombianos deportados, lo que provocó represalias comerciales como aranceles del 25 % a productos colombianos, la revocación de visas y controles aduaneros más estrictos.

El giro de la política exterior de la Casa Blanca marca una etapa de mayor confrontación con gobiernos latinoamericanos percibidos como hostiles o poco cooperativos. Colombia, bajo el mandato de Petro, ha sido blanco de críticas frecuentes por parte de Trump, quien acusa a su administración de obstaculizar acuerdos bilaterales y debilitar una relación histórica con Washington.

Departamento de Estado, Estados Unidos. 

Una advertencia diplomática con costo político

La revocación del estatus fiscal diplomático refleja un punto de inflexión en las relaciones entre Colombia y Estados Unidos. Más allá del gesto administrativo, se trata de una señal política contundente que evidencia la creciente desconfianza de la administración Trump hacia Petro. Las implicancias pueden afectar no solo el flujo diplomático, sino también la cooperación en seguridad, lucha antidrogas y comercio bilateral.

El mensaje es claro: la administración estadounidense no tolerará desequilibrios ni demoras en materia diplomática, incluso si eso implica romper tradiciones de décadas. Para Colombia, la advertencia es seria: cada omisión burocrática puede acarrear consecuencias políticas de largo alcance.