09/06/2025 - Edición Nº853

Internacionales

Conflicto magisterial

México: Claudia Sheinbaum condena ataque de la CNTE al SNTE

07/06/2025 | La presidenta repudió los destrozos provocados por maestros disidentes en la sede del SNTE y exigió manifestaciones pacíficas y legales.



La presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció este viernes sobre los destrozos ocurridos en la sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), perpetrados por integrantes disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Desde su conferencia matutina, calificó el ataque como una “provocación” y aseguró que su gobierno no respalda la violencia como forma de protesta, sin importar cuál sea la causa que la motive.

"Nunca hemos estado de acuerdo con la violencia y estas afectaciones. Las manifestaciones deben ser pacíficas", sostuvo la mandataria ante medios nacionales. Además, pidió que se presenten denuncias ante las autoridades competentes y que los propios integrantes del movimiento magisterial se deslinden públicamente de este tipo de acciones, que afectan tanto la legitimidad de sus demandas como el prestigio de su causa.

Toma violenta y exigencias contra el SNTE

El ataque ocurrió el jueves 5 de junio, cuando un grupo de manifestantes encapuchados, armados con mazos y palos, irrumpió violentamente en las oficinas centrales del SNTE en la Ciudad de México. El grupo, presuntamente vinculado a la CETEG, una corriente radical afiliada a la CNTE, actuó de manera coordinada, causando daños significativos a la infraestructura sindical.

Los disidentes forzaron el ingreso al inmueble, destruyeron mobiliario, lanzaron objetos y prendieron fuego dentro de las instalaciones, generando alarma entre el personal presente. Durante la protesta, exigieron la destitución del líder sindical Alfonso Cepeda Salas, a quien acusan de corrupción, falta de representatividad y de encabezar un “sindicato charro” que no responde a los intereses de las bases docentes.

Contexto: huelga nacional y demandas estructurales

Este episodio se inscribe en el contexto de una huelga nacional iniciada el 15 de mayo, convocada por sectores del magisterio que exigen la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y el retorno al régimen de pensiones solidarias. Aunque el gobierno federal ha ofrecido un incremento salarial del 10% y mejoras para los jubilados, la CNTE sostiene que estas propuestas son insuficientes y no abordan el problema de fondo.

La acción violenta refleja un quiebre interno en el movimiento magisterial: mientras algunos sectores están dispuestos a dialogar con el gobierno, otros optan por intensificar las protestas mediante actos que socavan el apoyo social y ponen en riesgo la cohesión interna del gremio. Esta fractura podría debilitar su capacidad de negociación justo en momentos decisivos para su agenda.

Respuesta institucional: diálogo, pero sin impunidad

El gobierno federal reiteró su disposición al diálogo con todos los sectores del magisterio, pero dejó claro que no tolerará hechos vandálicos ni agresiones que violenten el estado de derecho. Sheinbaum subrayó que los derechos laborales deben defenderse con firmeza, pero siempre dentro del marco legal y en respeto a las instituciones democráticas.

“La transformación también requiere responsabilidad”, afirmó la presidenta, destacando que el respaldo a los movimientos sociales no implica permisividad ante actos fuera de la ley. Reiteró que su gobierno mantendrá las puertas abiertas al diálogo, pero que este no será rehén de quienes apuestan por la confrontación violenta como vía de presión.

El conflicto continúa 

El episodio revela una tensión entre la apertura política y el control institucional. Sheinbaum, quien ha intentado mantener canales de diálogo con movimientos históricos como la CNTE, enfrenta ahora un dilema político: cómo sostener una postura dialogante sin comprometer la autoridad del Estado ni normalizar la violencia como herramienta de protesta.

Al mismo tiempo, el conflicto expone una lucha interna dentro del gremio magisterial por el control de su narrativa y representación. Ya no se trata solo de un enfrentamiento con el gobierno, sino también de una disputa por el poder simbólico y operativo del sindicato. De cara al futuro, el desafío será lograr acuerdos sostenibles que garanticen derechos, respeten la protesta legítima, pero también establezcan límites claros frente a la violencia.