
Antes de Gastón Mazzacane y Franco Colapinto, hubo otro argentino en la máxima competencia del automovilismo. Con apenas 19 años, Esteban Tuero alcanzó el sueño de cualquier piloto: debutar en la Fórmula 1 con un Minardi en la temporada 1998. Sin embargo, tras 16 carreras, el joven nacido en Caballito marcó un precedente histórico y renunció. A partir de su salida, todos los contratos de los pilotos tienen una llamada “cláusula Tuero”.
Desde chico, Tuero mostró su talento en los kartings, donde rápidamente se destacó. En 1994, con apenas 16 años, conquistó su primer título en la Fórmula Honda y poco después emigró a Europa. Allí, en categorías como la Trofeo FISA Fórmula 2000, se consagró campeón en su debut, comenzando así su escalada internacional.
En 1998, luego de varios años residiendo en Europa, le llegó la gran oportunidad de saltar a la Fórmula 1 y con solo 19 años firmó con Minardi. El debut fue el 15 de marzo de 1998. A punto de cumplir 20 años, se convirtió en el tercer piloto más joven en debutar en la historia de la categoría hasta ese momento.
Tuero fue protagonista en Imola, en el Gran Premio de San Marino: en una carrera marcada por accidentes y abandonos, logró un octavo puesto que, en ese entonces, no le otorgó puntos en el campeonato, ya que la normativa solo sumaba puntos a los primeros seis. Sin embargo, esa posición fue un logro enorme para un piloto de un equipo humilde como Minardi, que en esa temporada compitió con recursos limitados.
A pesar de que con altibajos venía realizando un papel aceptable, Tuero decide renunciar para retornar a Argentina y seguir compitiendo en otras categorías nacionales. La presión, el desgaste y su pasión por el automovilismo más allá del dinero, lo llevaron a tomar una decisión que causó gran asombro. Todos quieren llegar a la Fórmula 1, nadie quiere irse.
El marco jurídico y la situación inédita, paralizaron a los directivos de Minardi. Los sponsors y los contratos podrían tener un resarcimiento económico, pero ningún falló judicial podría obligar al piloto a subirse al auto contra su propia voluntad.
Por eso, a partir de ahí, todas las escuderías incluyen una cláusula en el contrato de los pilotos, donde los hacen desistir de argumentar temor o motivos personales en una eventual renuncia.
Durante muchos años el piloto se mantuvo en silencio sobre su salida. Recién en 2019, en una entrevista con el diario La Nueva Provincia, explicó que “La aventura de la Fórmula 1 fue muy linda, pero me agarró muy chico y necesité volverme porque extrañaba”.
En ese sentido, reconoció que “a lo mejor corté una carrera que podría haber sido mucho más interesante. Pero bueno, el objetivo de llegar lo conseguí. Obviamente, me gustaría volver al pasado con la experiencia de hoy y tratar de hacer mejor algunas cosas”. Su mánager Eduardo Ramírez, resumió la situación con una frase: “muchos me dijeron que en su lugar, no se hubieran bajado, el tema que tampoco se hubieran subido”.