
La relación entre la Casa Rosada y los gobernadores atraviesa uno de sus momentos más delicados desde que comenzó el gobierno libertario. Con la coparticipación en caída y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) congelados, los mandatarios provinciales convocaron a una cumbre urgente con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que se realizará este lunes en la Casa de Gobierno.
El pedido formal fue realizado por Claudio Vidal, gobernador de Santa Cruz, tras el último encuentro del Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde se discutieron las dificultades financieras que enfrentan las provincias. “No vamos a ir a pasear ni a sacarnos fotos, queremos definiciones concretas”, afirmó Vidal en diálogo con la prensa.
La convocatoria, aunque limitada a un grupo reducido de gobernadores, promete ser amplia y transversal. Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, manifestó su interés en participar y sostuvo que “es indispensable que Nación reactive las obras y los fondos para que las provincias puedan cumplir con sus compromisos”.
El principal foco de preocupación es la caída proyectada en las transferencias automáticas, especialmente la coparticipación. Un informe reciente de la Comisión Federal de Impuestos indica una reducción del 4,2% en 2025, que se traduce en una pérdida estimada de 2,5 billones de pesos para las provincias.
Esta caída responde a medidas tributarias nacionales, como la modificación del impuesto a las ganancias y el congelamiento del impuesto a los combustibles, que generan un drenaje de recursos. “La asfixia financiera que sufren las provincias es consecuencia directa de decisiones que no fueron consultadas ni consensuadas”, denunció Kicillof.
En paralelo, la paralización de la obra pública nacional es otro punto crítico. Desde el inicio del gobierno libertario, el recorte acumulado supera el 52%, con solo 183 de las 2.337 obras originales bajo control nacional. Kicillof advirtió que “mientras Nación recauda fondos para infraestructura, las provincias enfrentan restricciones para ejecutar las obras”.
La salud pública también está en la mira. La reducción de partidas del Plan Sumar+ impacta directamente en la demanda hospitalaria provincial. “Los hospitales están saturados y las partidas no alcanzan”, aseguró una fuente provincial que prefirió mantener su anonimato.
El clima político, con elecciones locales y nacionales en el horizonte, complica aún más la negociación. Algunos gobernadores sospechan que la Casa Rosada podría condicionar recursos en función de la estrategia electoral libertaria. En Buenos Aires, por ejemplo, no descartan que el Ejecutivo “no mueva un dedo” mientras se desarrolla la campaña.
Pese a estas tensiones, el Gobierno nacional necesita a los gobernadores para avanzar en el Congreso. La semana pasada, varios mandatarios facilitaron la media sanción de proyectos opositores con alto costo fiscal. Sin embargo, desde el oficialismo relativizan esa cooperación: “No les pedimos nada ahora, estamos guardando esa carta para más adelante”, afirmó un vocero del Ejecutivo.
La falta de canales intermedios entre los gobernadores y el Poder Ejecutivo, más allá de Francos y Santiago Caputo, genera sensación de aislamiento y desconfianza. “Las provincias sienten que sus demandas no son escuchadas ni atendidas”, explicó un analista político.
Con la cumbre del lunes a la vuelta de la esquina, crece la incertidumbre sobre el compromiso que mostrará la Casa Rosada. El encuentro representa una oportunidad para descomprimir la tensión, pero también un pulso político entre un Ejecutivo que busca mantener su protagonismo y gobernadores que buscan unidad frente al ajuste.
En palabras de Claudio Vidal: “Esta no es una reunión más, es un momento clave para definir si el gobierno nacional realmente está dispuesto a escuchar y acompañar a las provincias o si continuará con la política de ajuste que perjudica a todos”.