
El Brescia, uno de los clubes históricos del fútbol de Italia, le dice adiós al fútbol profesional. El equipo donde brillaron Pep Guardiola, Roberto Baggio, Andrea Pirlo y los argentinos Matías Almeyda y Andrés Yllana, entre otros, se despidió del calcio.
El equipo profesional fue disuelto porque su dueño, Massimo Cellino, se negó a pagar una deuda de 3 millones de euros y el equipo no pudo ser anotado en la Serie C. Por eso, ahora podría seguir el camino de competir de forma amateur en ligas locales o formar un nuevo club.
El Brescia tuvo su época dorada en la Serie A. Entre sus logros destacados, conquistó la Copa Anglo-Italiana en 1994 y fue finalista de la Copa Intertoto de la UEFA en 2001.
La noticia de su desaparición provocó una avalancha de mensajes y sentimientos encontrados. Dimitri Bisoli, capitán del equipo, expresó en sus redes: “114 años de historia han sido pisoteados, pero Brescia no es él (Cellino). Brescia somos nosotros y nunca morirá”. Y añadió: “Brescia es y siempre será sólo nosotros”, proyectando un posible renacimiento del club en el futuro.
El caso del Brescia no es el único, la historia del fútbol italiano muestra ejemplos como la Fiorentina, el Parma y el Bari. La Fiorentina en 2002 entró en quiebra y fue expulsado de la Serie A. Tuvo que refundarse como Florentia Viola y comenzó desde la Serie C2 hasta volver a la Serie A.
También está el Parma, que en 2015 fue declarado en quiebra por una deuda de 200 millones de euros y refundado desde la Serie D. Se refundó como Parma Calcio 1913.
Por su parte, el Bari fue excluido de la Serie B en 2018 por no cumplir con los requisitos económicos. Se fundó nuevamente como SSC Bari bajo la gestión del grupo propietario del Napoli (De Laurentiis) y también comenzó desde la Serie D.