
El pasado fin de semana, un tiroteo entre grupos armados y fuerzas estatales mexicanas en el municipio de Frontera Comalapa marcó el regreso de la violencia narco a Chiapas. El enfrentamiento, que se prolongó durante varias horas y se extendió hasta territorio guatemalteco, dejó al menos cuatro sicarios muertos. La operación, encabezada por la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), intentó recuperar el control de una región disputada por diversos cárteles.
Las repercusiones se sintieron también al otro lado de la frontera. Las fuerzas armadas guatemaltecas intervinieron cuando el conflicto alcanzó La Mesilla, en Huehuetenango, donde un militar resultó herido. Aunque las autoridades centroamericanas aseguraron que la situación estaba bajo control, el temor de una escalada regional se mantiene latente.
El repunte de la violencia comenzó con el brutal asesinato de cinco policías estatales el 2 de junio, cuyos cuerpos fueron hallados calcinados junto a más de 700 casquillos. En respuesta, el gobernador Eduardo Ramírez ordenó el despliegue de más de mil elementos estatales y federales, incluidos los FRIP. Sin embargo, las denuncias por abusos cometidos durante los operativos empañaron la reacción del gobierno.
En la comunidad de Sabinalito, los habitantes denunciaron detenciones arbitrarias, golpizas y disparos contra civiles. Estas acusaciones, surgidas tras un operativo del 3 de junio, se sumaron a la destitución de un comandante local de los Pakales, presuntamente vinculado al crimen organizado, lo que revela serias fracturas internas dentro de las fuerzas del orden.
Policías y Soldados de Guatemala, enfrentaron junto con los Sicarios del Cártel de Chiapas y Guatemala, a los Pakales?, hay silencio total sobre este hecho (Información en el enlace) https://t.co/QPjxT7iDnL pic.twitter.com/xHGeFkAnaL
— Blog del Narco México (@blogdelnarcomex) June 9, 2025
Chiapas se ha transformado en un enclave estratégico del narcotráfico, con rutas terrestres, aéreas y marítimas clave para el paso de droga hacia Centroamérica y Estados Unidos. Actualmente, el territorio está en disputa entre el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel Chiapas-Guatemala y la estructura criminal guatemalteca conocida como Los Huistas.
La creación de la FRIP en octubre de 2024 había reducido temporalmente los niveles de violencia. No obstante, el reciente estallido pone en entredicho su eficacia, mientras los cárteles demuestran una capacidad operativa intacta y en constante expansión.
El cruce del conflicto hacia suelo guatemalteco provocó daños materiales en automóviles, comercios y dejó un militar herido. Aunque las autoridades reiteraron que la situación está bajo control, las imágenes de pobladores huyendo entre disparos reforzaron la preocupación sobre el avance de la inseguridad fronteriza.
Funcionarios guatemaltecos han solicitado fortalecer la cooperación binacional en seguridad y control de pasos ilegales. El miedo a que el conflicto entre cárteles mexicanos se desplace a territorio guatemalteco ha reactivado el debate sobre el papel de las fuerzas internacionales y la necesidad de acciones conjuntas urgentes.
#ULTIMAHORA #NarcoESTADO 🌱| GOBERNADOR DE CHIAPAS SEÑALA A AUTORIDADES DE LA PNC Y DEL EJERCITO GUATEMALTECO DE ESTAR AL SERVICIO DEL NARCO.
— XelaNews (@XelaNewsGt) June 9, 2025
"Es muy delicado que autoridades encargadas de velar por la seguridad de sus conciudadanos participen en estos actos. No es cosa menor… pic.twitter.com/KiwiSlyENu
El resurgimiento de la violencia en Chiapas deja al descubierto la fragilidad institucional frente al crimen organizado. A pesar de los intentos por contener la situación, los recientes acontecimientos evidencian que los cárteles siguen imponiendo su ley con fuego cruzado y alianzas mutantes.
Mientras tanto, Guatemala se prepara ante una eventual ola de violencia transfronteriza. La región mesoamericana entra en una nueva etapa de tensión criminal que pone a prueba la coordinación regional, la capacidad de respuesta estatal y la seguridad de miles de ciudadanos.