
Las exportaciones de café salvadoreño crecieron un 69 % entre enero y abril de 2025, impulsadas por una fuerte demanda de mercados asiáticos como Japón, Corea del Sur y Arabia Saudita. Según cifras del Banco Central de Reserva, los ingresos por ventas del grano ascendieron a 49,3 millones de dólares, un aumento del 84,7% respecto al mismo periodo del año anterior.
El volumen exportado superó los 184.000 quintales, con un precio promedio de 267,14 dólares por quintal, lo que consolida al café como uno de los principales productos de exportación del país. La ministra de Economía, María Luisa Hayem, atribuyó este repunte al trabajo articulado entre productores, Gobierno y diplomacia comercial.
Tradicionalmente enfocado en Estados Unidos y Europa, el café salvadoreño está encontrando nuevas oportunidades en el continente asiático. Japón y Corea del Sur valoran la calidad gourmet del grano salvadoreño, mientras que Arabia Saudita se suma a los destinos con alta demanda.
Además, El Salvador abrió nuevos mercados como Marruecos y Cuba durante el primer trimestre, como parte de una estrategia de diversificación que incluye ferias comerciales, acuerdos bilaterales y posicionamiento de marca-país.
El repunte también responde a la estrategia de reposicionamiento del café como producto de lujo. La edición 2025 de la "Taza de Excelencia" destacó cafés con puntuaciones superiores a 90, provenientes de regiones como Apaneca, Alotepec y Metapán.
El Gobierno ha respaldado la promoción internacional del café mediante programas como "Café Presidencial" y ha participado activamente en eventos internacionales en Montevideo y Rabat, consolidando alianzas con compradores exigentes.
Pese al crecimiento, el sector cafetalero enfrenta retos importantes. La falta de mano de obra, el envejecimiento de los cafetales, la vulnerabilidad climática y plagas como la roya siguen amenazando la sostenibilidad del rubro.
Estudios del USDA y del sector privado advierten que, si no se renueva el parque productivo y se asegura financiamiento para pequeños productores, el crecimiento podría estancarse. La producción proyectada para 2025-2026 es de 597.000 sacos, apenas por encima de los 561.000 del ciclo anterior.
El espectacular crecimiento de las exportaciones refleja una buena coordinación entre calidad, promoción y apertura comercial. Asia se consolida como un nuevo eje para el café salvadoreño, lo que podría traducirse en estabilidad para miles de familias productoras.
No obstante, para convertir este auge coyuntural en una política de desarrollo sostenible, El Salvador debe fortalecer su estrategia productiva, invertir en replantación y proteger la caficultura de los embates climáticos. Sin eso, el impulso actual podría diluirse.