
Hace poco más de un mes, la selección masculina de fútbol para ciegos se consagró campeona del mundo en Japón, donde participó del torneo IBSA Men’s Blind Football Elite Cup, donde le ganó 2-0 al conjunto local y volvió a consolidarse como líder del ranking mundial.
Allí, había nombres como Germán Muleck y Guido Consoni entre los arqueros; y Ángel Deldo, Maximiliano Espinillo, Federico Accardi, Junior Fernandes, Daniel Iturria, Froilán Padilla, Matías Olivera y Mario Ríos en la plantilla de jugadores.
En el equipo ya no está Silvio Velo, aquel jugador que gambeteaba a todos y se convirtió en el mejor futbolista del mundo en esta especialidad. Sin embargo, los nuevos chicos siguen aprendiendo de su legado y confirman que nuestro país es un semillero del deporte, tal como pasó en su momento con las Leonas en hockey sobre césped o con la Generación Dorada en el básquet masculino.
Ante ese recambio generacional, en NewsDigitales dialogamos con el otrora Nº 5, el dorsal que llevó Velo en la camiseta albiceleste, sobre este andar del equipo y de su nueva vida, hoy a los 54 años.
"El crecimiento de este seleccionado yo lo vivo intensamente, ya que los Murciélagos son parte de mi vida. Muchos años estuve adentro y hoy por hoy sigo acompañando desde donde me toca. No me sorprende que el equipo en 20 años siga en lo más alto del deporte mundial, eso no es casualidad. Eso significa que siempre se hizo las cosas bien o que el equipo tiene ese espíritu que hace que siempre salga a la cancha dándolo todo", afirma el exatleta.
-Desde el momento en que ingresaste al equipo habrán pasado muchos jugadores queriendo ser parte de Los Murciélagos. ¿Hay pruebas de jugadores como en los clubes?
-Sí, para estar en la selección, se requiere de poder destacarte sobre el resto como cualquier selección, el entrenador elige sus jugadores. Y eso pasa tanto en los varones como en las mujeres, pero en el caso de ellas el fútbol femenino se volvió más inclusivo y con mucho crecimiento profesional. Pero tener a los Murciélagos como campeones y a las Murciélagas subcampeonas es algo que me llena de orgullo. El fútbol para ciegos ha ido evolucionando mucho, es impresionante. Hoy por hoy cualquier equipo te hace partido.
-¿Cómo es tu vida actualmente, qué estás haciendo? El año pasado saliste campeón en un torneo de tenis.
-Exactamente, estoy jugando mucho al tenis. Y lo tomé con mucha seriedad porque me resultó un deporte muy atractivo. Tuve la suerte de competir en el primer nacional y salir campeón. También, más allá del deporte, tengo la Fundación Silvio Velo, cuyo objetivo es difundir y promocionar los deportes para personas con discapacidad visual. Además hago charlas motivacionales para empresas o donde me requieran.
-¿Cómo son las reglas en el tenis para no videntes?
-La pelota tiene adaptaciones, es especial, más livianita y con gomaespuma, que adentro tiene un cascabel para que nosotros escuchemos el pique. En el tenis para ciegos las reglas son un poco distintas ya que la pelota puede picar hasta tres veces, si pica cuatro es punto para el otro. Es un deporte muy lindo que estoy jugando con muchas ganas. Cuando me invitaron les dije: "Si puedo devolver más de una pelota me pongo a entrenar en serio". Por suerte le tomé rápido la mano y en el primer campeonato que jugué, el año pasado en La Pampa, pude salir campeón. La verdad que fue toda una sorpresa, pero creo que fue porque lo tomé con mucha responsabilidad.
-También publicaste en Instagram fotos haciendo ciclismo
-¡Sí! Salí a pedalear con un amigo y realizamos un recorrido de 40 kilómetros desde San Pedro hasta Vuelta de Obligado. Estamos preparándonos para el Ruralbike y cada entrenamiento cuenta. Me gusta mucho también la bicicleta, en realidad cualquier deporte es un lenguaje universal que trasciende fronteras y barreras.
Dentro del ambiente del fútbol para ciegos hoy hay muchas instituciones que ayudan a las personas con esta discapacidad a buscar una faceta lúdica para su vida. Entre ellas está el Instituto Román Rosell, en San Isidro, donde conviven, se entrenan y se divierten chicos y grandes de todas las edades, disfrutando de un entorno que los contiene y con mucho compañerismo de los trabajadores del lugar.
Allí, a los 10 años, Velo pisó una pelota por primera vez, y gracias a ese apoyo luego se convirtió no sólo en el mejor jugador del mundo sino que también puso en el mapa a la selección argentina de fútbol. El sábado fue el aniversario N° 83 de este internado y publicó un sentido mensaje de reconocimiento en su cuenta de Instagram.
"Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a este lugar que ha sido fundamental en mi vida. Desde mis 10 años, el instituto me abrió puertas a un mundo de posibilidades, desarrollé mis habilidades y descubrí mi pasión por el fútbol para ciegos. Gracias a este instituto, formé parte de la selección argentina de fútbol para ciegos, Los Murciélagos, y alcancé logros increíbles, como ser campeón del mundo y mejor jugador del mundo. El Instituto Román Rosell es más que un lugar de educación y deporte; es un espacio que me enseñó a ser resiliente y a nunca rendirme. Deseo que siga siendo un referente en la inclusión y el desarrollo de personas con discapacidad visual durante muchos años más", expresó.
-¿Cómo está el apoyo de la AFA y del Estado a los programas para personas no videntes?
-Lo que te puedo decir es que más allá de que todo el mundo está sufriendo la realidad que vive el país, las becas de los Murciélagos y de los deportistas se siguen cobrando, siguen teniendo el apoyo. Obviamente hubo reformas, pero el apoyo sigue estando, siguen entrenando en el CENARD y se siguen usando sus instalaciones.
-¿Y en cuanto a tu fundación?
-La Fundación Silvio Velo tiene como objetivo difundir y promocionar los deportes para las personas con discapacidad, poder ayudar de esa manera y también a las familias, porque detrás de cada persona con discapacidad hay una familia que también sufre, y en muchos casos no cumplen sus metas porque no tienen a nadie que los pueda ayudar con recursos o con otras cosas. Que puedan cumplir sus sueños a mí me llena.
-Hace un tiempo también hubo un proyecto de la Fundación Nano con el Club Estudiantes de La Plata para el desarrollo competitivo de jugadores no videntes, incluidos tres de los Murciélagos. ¿Cómo sigue el programa?
-Sé que en un momento tuvieron un equipo competitivo de fútbol para ciegos, en conjunto con Estudiantes. Estuvo muchos años animando la liga para ciegos. Hoy por hoy no sé realmente cómo están, lo único que me acercaba a eso era mi relación con los Murciélagos.
-¿Qué es lo más importante que te enseñó el deporte?
-La actitud de ir para adelante, de no bajar los brazos. Cuando arranqué con los Murciélagos no nos conocía nadie, y mirá hoy dónde llegamos: somos una selección referente de nuestro país más allá de la discapacidad. Para nosotros es un orgullo, porque rompimos con todos los pensamientos que tenía la sociedad con respecto a los no videntes.