“En ningún momento se me pasó por la cabeza que a 200 metros iba a estar un nene”

Facundo Aguilar Fajardo, el oficial de la Policía Federal imputado por la muerte de Thiago Correa, volvió a declarar este lunes ante la Justicia y pidió que se realice una reconstrucción de los hechos para demostrar su inocencia. La audiencia se desarrolló en el marco de la investigación a cargo del fiscal de Homicidios de La Matanza, Diego Rulli, quien recientemente cambió la calificación del caso a homicidio con dolo eventual, una figura que contempla penas más severas.

Durante su declaración, Aguilar Fajardo aseguró que actuó en defensa propia y de su madre ante lo que describió como un intento de robo por parte de cuatro delincuentes. “Prefería que me maten antes de que Thiago hubiese muerto”, expresó conmovido. A lo largo de su testimonio, el policía insistió en que jamás tuvo conocimiento de que a poca distancia se encontraba un menor. “En ningún momento se me pasó por la cabeza que a 200 metros iba a estar un nene”, afirmó.

El hecho tuvo lugar en Ciudad Evita, en una zona de escasa visibilidad y obstáculos urbanos. Según el relato del acusado, el lugar estaba mal iluminado y presentaba elementos que dificultaban el campo visual, como postes, una parada de colectivos y comercios. “Imposible que haya visto”, remarcó.

Aguilar Fajardo aseguró que disparó con el único objetivo de dispersar a los agresores. “Lo único que quería era que se vayan”, señaló. Reconoció que desde el hecho no deja de pensar en su hermanito de 11 años y en el impacto que le genera imaginarlo en una situación similar a la que vivió Thiago. “Es algo que no me deja dormir”, dijo.

En su testimonio, el efectivo también responsabilizó directamente a los ladrones por el desenlace. “Si no hubiese sido por estos cuatro delincuentes, que querían matar a mi madre y a mí, no hubiese actuado y hoy Thiago estaría vivo”, argumentó.

La fiscalía evalúa ahora el pedido de reconstrucción en el lugar del hecho, una medida que podría aportar nuevos elementos técnicos al expediente. No obstante, fuentes judiciales aclararon que el proyectil que causó la muerte del niño no pudo ser recuperado, dado que el disparo tuvo entrada y salida. En ese sentido, advirtieron que “a 200 metros, sería casi imposible que un proyectil entre y salga de un cráneo luego de rebotar”.

Mientras avanza la investigación, Thiago recibió el último adiós. El cortejo fúnebre pasó por el Colegio Santa Rosa, donde estudiaba el niño, y por el Club Defensores Unidos de Tablada, donde jugaba al fútbol, antes de llegar al cementerio Parque. “La muerte de mi hijo es un dolor que no me lo puede sacar nadie. No tengo palabras”, dijo su padre, Fabián Correa, en declaraciones radiales.

LN