"Todo está normal": dictan preventiva para el vigilador sospechado de complicidad en un millonario robo

La Justicia penal de La Plata dictó la prisión preventiva para Héctor Domingo González, el vigilador privado acusado de haber colaborado con una banda de boqueteros que perpetró uno de los robos más resonantes del año.

El hecho ocurrió el 17 de abril pasado en la planta fabril de la empresa Rolidar, en la localidad de Gonnet. Los delincuentes se alzaron con un botín de 200 millones de pesos, 100 mil dólares, 57 cheques, dispositivos de videovigilancia y una caja fuerte, todo sin ser detectados por el sistema de seguridad a cargo del ahora imputado.

El juez de Garantías Pablo Raele hizo lugar al pedido del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, quien acusó a González de “robo doblemente calificado por ser cometido en poblado y en banda y con escalamiento”. La hipótesis principal es que el vigilador, lejos de cumplir su función, habría omitido intencionalmente actuar ante múltiples alertas del sistema de seguridad, favoreciendo así el accionar del grupo criminal.

La investigación determinó que González fue advertido al menos en dos oportunidades por técnicos del sistema de monitoreo sobre la activación de sensores de movimiento en la planta. En ambas ocasiones, respondió que “el panorama era normal”, pese a contar con acceso a las cámaras de vigilancia.

Estas omisiones, para el fiscal, no fueron errores ni negligencia, sino parte de un comportamiento coordinado con los asaltantes. “Su participación fue clave. Con su actuar omisivo, impidió que el monitoreo alertara a la policía o a otros empleados, dando a los delincuentes tiempo, tranquilidad e impunidad”, sostuvo Condomí Alcorta.

La mecánica del robo refuerza esta sospecha: los ladrones escalaron al techo de chapa, perforaron la estructura de la oficina de administración, luego realizaron un segundo boquete sobre la tesorería y finalmente se llevaron los valores. Todo esto ocurrió a pocos metros del área donde se encontraba el vigilador, quien no alertó a nadie.

El expediente judicial incluye testimonios clave. Uno de los empleados de la empresa de monitoreo declaró que llamó a la planta durante la madrugada y que González le aseguró que “todo estaba normal”, aunque seguiría revisando. Otro testigo relató que incluso le ofreció insistir en la verificación de zonas sensibles, pero el vigilador insistió en su versión de que no había detectado nada fuera de lo habitual.

En su propia indagatoria, González aseguró que salió a revisar el predio, que lloviznaba y que no vio ni escuchó nada sospechoso. También mencionó fallas en las cámaras y ruidos intensos de maquinaria. No obstante, para el juez Raele, la explicación carece de respaldo y resulta inconsistente: “La versión exculpatoria del imputado, huérfana de otros elementos que la respalden, no alcanza -aquí y ahora- a conmover el plexo de cargo”, afirmó al dictar la medida de prisión preventiva.

Además del dinero y los cheques robados, los delincuentes se llevaron tres dispositivos DVR que registraban las grabaciones de las cámaras, lo que refuerza la presunción de un golpe planeado con información interna. Las cajas vacías del dinero fueron arrojadas a la vereda de la fábrica, otro indicio de la magnitud del asalto y del aparente desinterés del custodio.

A casi dos meses del hecho, tres de los ladrones siguen prófugos y la investigación continúa bajo la dirección de la UFI N°16. La fiscalía sostiene que existen riesgos procesales de fuga y de entorpecimiento, razón por la cual la detención de González fue considerada necesaria mientras se busca desarticular por completo la organización delictiva detrás de este golpe millonario.

LN